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Arriba de una tabla sintieron la integración

Clases de surf formaron parte de un programa de reinserción educacional para personas con discapacidad.
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Deportes - La Estrella

"Pude aprender lo que siempre quise desde chica: surfear, me senti libre y feliz. Quiero seguir y que más amigos conzocan este deporte, lo pasé bien, los niños me hicieron reír mucho. El deporte no tiene edad", dijo Tania Romo, joven de 30 años, no vidente y una de las participantes que formó parte del programa de reinserción educacional, proyecto que está desarrollando la Fundación Impulso, gracias a recursos del Fondo de Fortalecimiento para Organizaciones de Interés Público (FFOIP) de la Secretaría General de Gobierno.

Es que pese a no poder ver el entorno que la rodea, Tania se sintió integrada, una más entre un puñado de jóvenes que solamente busca ser aceptada, tener las mismas posibilidad y, en definitiva, sentirse parte de la sociedad en la que está inmersa.

Con el término el análisis es positivo, pues se pudo trabajar con los beneficiarios, que pese a las diversas características pudieron desarrollarse e ir venciendo sus temores, junto con desarrollar una disciplina que la vida diaria les exige.

En concreto el proyecto contempló 12 sesiones donde incluso recogían a los estudiantes desde sus hogares los días lunes y jueves, donde entre 16 y 18 horas, buscando que el surf les ayude a desarrollar las habilidades físicas necesarias para levantarse y mantenerse de pie en la tabla de surf mientras se desplazan sobre las olas, construyendo disciplina para aplicar en la vida relativa a levantarse cada vez que caen.