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La suplementera que representa a sus colegas en confederación iberoamericana

Ana González fue recientemente elegida como representante internacional y plantea diversas tareas para que su oficio sea declarado Patrimonio Viviente.
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Fue en la década de los 80 que Ana González llegó desde Til Til junto a su marido para instalarse en Arica. En aquella comuna, cercana a Santiago, ambos trabajaban como temporeros hasta que al hombre le ofrecieron un cupo en las pesqueras.

"Eran como las mineras de ese tiempo, todo un boom en esta zona del país. Nos vinimos porque vimos una buena oportunidad laboral para él", recuerda Ana.

Sin embargo, las cosas no salieron como pensaron. El trabajo finalmente no resultó y hubo que partir de cero. "Fui a la municipalidad a pedir permiso para poner un negocio. La secretaria del alcalde en ese entonces, me recomendó ir al Sindicato de Suplementeros. Me dijo 'pon un kiosco de diarios y te va a ir súper bien'. Muy buena fue su sugerencia, no se equivocó".

Gracias a ese trabajo, Ana y su marido pudieron dedicarse a la venta de diarios y revistas y con lo ganado, educar a sus tres hijos que ya son profesionales. Partieron con un espacio en el condominio Pucarani, algo pequeño. Actualmente, siguen ahí, pero con un local algo más grande y con bastantes años de experiencia a cuestas.

Más allá de las ventas diarias, Ana González reconoce el valor de trabajar como suplementera y dedicar su vida a ello. Hace algunos días participó de un encuentro iberoamericano, en el que estuvieron presentes países como Argentina, México, Perú, Bolivia y Chile. Fue entonces que salió elegida presidenta de la Confederación Iberoamericana de Vendedores de Diarios, Revistas e Impresos, cargo que ocupará de manera provisoria hasta agosto, cuando se realice una elección definitiva.

"También soy la presidenta de la Confederación Nacional de Suplementeros y secretaria del Sindicato de Suplementeros de Arica", cuenta orgullosa y agrega que el servicio social la apasiona, ya que también formó parte del comité del condominio en el que vive.

"Es mi pasión, algo que me llena. Por la presidencia en la confederación paso los meses entre Arica y Santiago y aunque es agotador, es una labor que realizo con mucho gusto", confiesa.

Patrimonio de la humanidad

Como parte de esta designación, la mujer detalla que se está trabajando en la postulación a que el suplementero sea Patrimonio Viviente de la Humanidad. "En cada una de las esquinas, cuando alguien tiene una duda, una pena, o necesita que le tiendan una manito, ahí está el suplementero".

En ese sentido, González reconoce que los vendedores de diarios y revistas son mucho más que comerciantes. "Prestamos un gran servicio a la comunidad que todavía el Estado no reconoce. Hay una deuda con nosotros porque no se valora todo lo que servimos a las personas", dice.

La dirigenta manifiesta que se postuló al reconocimiento de la Unesco "con todo el apoyo de la gente. A nivel nacional logramos conseguir muchas firmas".

Incluso, hace unos años, el conductor Leo Caprile apoyó la iniciativa, ya que los suplementeros forman parte de la vida cultural de las ciudades y sus kioscos representan un lugar de encuentro en los barrios, "Con el reconocimiento esperamos que el suplementero tenga un resguardo, porque somos parte de las ciudades", finalizó Ana.