Apagó su luz cumpliendo una gran labor con los adultos mayores
Sonnia Vergara Reyes falleció a los 79 años cumpliendo 20 años al servicio para los adultos más necesitados.
Como una persona muy preocupada del prójimo, atenta y muy activa, así recordaron a Sonnia Vergara Reyes, la fundadora del Club de Adultos Mayores y Comedor Abierto "Miramar", ubicado en el Cerro la Cruz.
Una de sus hijas, María Acevedo, contó que el cariño por los adultos mayores existió siempre, "yo recuerdo que mi mamá comenzó dándole once a los abuelitos en su casa, ahí se reunían y nosotros (los hijos) apadrinamos a cada uno para que no les faltara nada", comentó María, quien además dice que en el año 1990, tras un proyecto le dieron un terreno que estaba sin nada, pero con su entusiasmo y perseverancia comenzó de a poco a construir hasta obtener la sede social que hoy tienen y hasta donde llegan cerca de 30 adultos mayores diariamente a recibir desayuno, almuerzo y once.
Una carta
Tanto fue su preocupación por los demás que luego de su muerte, su familia encontró una carta entre sus cosas donde relata todo el proceso desde la creación del club y del comedor, dando a conocer que en algún momento no pudo más con los recursos para sus abuelitos, pero que con dedicación pudieron salir adelante. "Tanto esfuerzo y preocupación me pasó la cuenta, sufrí un infarto, me recuperé y seguí adelante, 4 años después me dio un accidente vascular, estuve mal, pero salí y me recuperé. El año 2009 estuve a punto de cerrar, no se podía, faltaban recursos, conversé con los adultos mayores del comedor si se suspendían los sábados y feriados, pero me pidieron que siguiera", son algunas de las palabras que de puño y letra dejó en su carta además de agradecer tan linda labor que realizaba diariamente.
Problemas al corazón
Sonnia falleció la madrugada del pasado martes en Antofagasta, donde tras problemas en su corazón se sometió a una operación de cambio de válvula y dos bypass, ya que tenía una arteria tapada, "la operación fue un éxito pero al ponerle el respirador artificial le detectaron un problema al pulmón que le complicó la recuperación y la mantuvo cerca de 12 días luchando por su vida, sin embargo no resistió", contó su hija.
Sus adultos mayores
La Señora Graciela Rojas (87) fue una de las personas que estuvo siempre cerca de Sonnia y recibió sus atenciones. Cuenta que siempre andaba pendiente de todos "le gustaba llevarnos a paseo, se preocupaba mucho de nosotros, era muy activa para su edad, si no veníamos a comer un día nos iba a buscar a la casa para saber si nos había pasado algo", relató Graciela.
De esta misma forma, Juan Tebucio Quispe (72), quien fue el cuidador de la sede por varios años, recuerda con mucho cariño y admiración a Sonnia. "Ella me acogió a vivir en este lugar (la sede del club) ella era como una madre para mí".
Además de atender a sus abuelitos, Sonnia se preocupó también de los niños de la Rondalla Real América, que pertenece a la escuela del mismo nombre, a quienes apadrinó y el día de su velatorio le rindieron homenaje frente al féretro. "Hace más de 20 años apadrinó al grupo y siempre realizábamos actividades junto a los niños y los abuelitos", comentó Juan Carlos Román Orientador de la Escuela América.
Y fue así, como una mujer que realizó tanto por los demás se quiso despedir.
"Ya cumplimos 19 años al servicio de los adultos mayores del sector Cerro la Cruz, estoy feliz de haber realizado esta obra tan importante, servir a mis pares vulnerables, que la mayoría arrienda una pieza y reciben una pensión solidaria, le doy gracias a Dios por esta linda vocación de servicio, servir con amor", concluyó en su carta póstuma.