María José Collado Rojas
Hace tres días, Roso Ruíz llegó a Arica con la esperanza de un futuro mejor. Venezolano, dejó su país en medio de la crisis para radicarse en Santiago. Pero para llegar hasta la capital necesita dinero, por lo que no tuvo más opción que pedirlo en 21 de Mayo. Un empleo también es una alternativa, pues quiere viajar cuanto antes a la ciudad donde lo espera un amigo de infancia.
"Ayúdanos con algo para comer o un empleo, gracias. Con Dios todo, sin él nada" dice el cartel de cartón que lo acompaña. También una pequeña maleta y un amigo de toda la vida, con quien inició la travesía.
Cuenta que ambos estuvieron cuatro meses en Ecuador antes de llegar a Arica. "Vivíamos en Ibarra hasta que sucedió lo del femicidio (un compatriota fue detenido por el ataque a una gestante acuchillada, a quien mantuvo como rehén frente a la policía, crimen grabado que se hizo viral y conmocionó al país). Perdimos nuestro trabajo y la cosa se puso fea para los venezolanos", recuerda.
Como ellos, varios son los jóvenes e incluso familias, que circulan por las calles de Arica en busca de alguna oportunidad laboral o bien, de algunas monedas para pasar los días. Los carteles en manuscrita son su carta de presentación.
"En Venezuela no se vive, solo se sobrevive. Allá la cuestión está fuerte, muy fuerte. Hay delincuencia, falta trabajo, no hay medicinas y uno ¿cómo lo hace para salir adelante y surgir? Llegamos al extremo en que los estudios no sirven para nada", dice Roso, quien dejó inconclusa su carrera de Contaduría y Finanzas.
FACTOR GUAIDó
Lisbeth tiene un bebé de dos meses y duerme en un refugio con otros compatriotas. Durante el día, recorre la ciudad con el niño en brazos o en su coche. Ella no quiere irse de Arica.
Respecto a la posible "esperanza" que pueda traer Juan Guaidó a su país, la mujer fue categórica. "Es más de lo mismo, no le veo futuro. Si él hubiese querido hacer algo por los venezolanos ya lo habría hecho. Quizás ya lo compraron como pasó con Caprile o Ramos Allup, que fueron comprados por el Gobierno. Me imagino que le pasaron su mesada o algo porque ¿cómo vas a dejar que el país siga decayendo?", cuenta la joven mientras se acerca a sus compatriotas en 21 de Mayo, reconociéndose y apoyándose en este extremo del país ajeno.