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Pedro "Látigo" Torres: Nunca gané dinero con el boxeo

El último gran campeón nacional que ha tenido Arica se proyecta ahora en sus nuevos pupilos.
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Aquella noche del 13 de junio del 2009, quedó grabada en el disco duro de Pedro "Látigo" Torres (55), trabajador portuario cuya pasión fue siempre la de subir a un ring y darlo todo en busca del triunfo y los aplausos.

Fue la noche de su despedida del boxeo en el gimnasio "Augusto Zubiri Rubio".

Recuerda que en primera fila, la preocupación cundía en su familia.

Y es que a los 45 años, el esforzado trabajador portuario volvía a subirse al ring.

Esa vez sí, por última vez, entró al gimnasio bajo la música de la película "Rocky", alzando las manos y saludando al respetable público.

El eterno campeón se despedía teniendo al frente a Jack Flores, unos 20 años menor que él.

A 10 años de aquella retirada, Látigo convertido hoy en un entrenador de promesas, rebobina y se ve joven debutando a los 20 años en el vecino puerto.

"Me colocaron problemas los dirigentes acá y por eso mi debut fue en Iquique, pero durante toda mi carrera salí con los colores de Arica, siempre Arica", afirma el ex monarca de los pesos welter.

De allí en adelante, señala que pisó rings en Chile, Perú, Bolivia y Argentina.

"Fui campeón de Chile por 10 años, disputé dos títulos sudamericanos, perdiéndolos en Perú y Bolivia, y también llegué a pelear un título latinoamericano en Buenos Aires, pero no lo gané".

Asegura que en toda esta triunfal carrera, "nunca gané dinero con el boxeo y es que esto ha sido más que nada una pasión".

Entre sus combates más bravos, fuera de la despedida, está donde enfrentó al osornino Óscar "Monzón" Benavides.

Cuenta que "la pelea se disputó en Arica y Monzón metió su codo rompiendo mi tabique nasal, y allí fue que perdí el título de Chile".

Látigo menciona que en cuanto a su estilo "era un fajador, entrando a noquear al rival" y eso es lo que le valió el apoyo de la gente por su entrega, garra y corazón sobre el ring.

Tiempos duros

Tras la retirada vinieron tiempos muy duros, cuando quedó sin trabajo arriba y abajo del cuadrilátero.

A cargo de su señora y sus cuatros hijos (Griselda, Pedro, Manuel y Anita) vino el tradicional "pago de Chile", y comenzó a peregrinar en busca de empleo, porque el trabajo de portuario era esporádico.

Hasta con un carrito sanguchero se las tuvo que ingeniar hasta que el empresario Enrique Pino le dio empleo permanente administrando uno de sus locales.

Pero el bichito del boxeo no se extermina y ahora incursionando como entrenador sigue ligado a este exigente deporte.

En tal calidad, ha tenido varios pupilos, pero sin duda se ve reflejado en su hijo Látigo Jr. , que el año pasado alcanzó el título de campeón de Chile en el campo amateur.

Y volviendo a esa jornada de junio del 2009, en su despedida, sigue recordando que "la pelea fue durísima porque Jack Flores era un boxeador con oficio", pero el rocky ariqueño no podía fallar.

De esa manera, al término del combate el jurado ratificó la despedida triunfal y fue la última vez que el campeón escuchó los aplausos del respetable".