Lo que va dejando la emergencia
No es fácil enfrentar una emergencia de las características de la ocurrida en la zona norte, tomando en cuenta su extensión. Desde nuestra región, hasta la región de Antofagasta, los efectos de las lluvias estivales se hicieron sentir con fuerza no sólo en pequeños poblados, sino que también en las grandes ciudades.
Arica, Iquique y Calama, principalmente, fueron golpeadas por la catástrofe generada por un fenómeno veraniego que tuvo una intensidad mucho mayor a la de otras oportunidades. Son consecuencias que, lógicamente, desde el primer momento vuelcan las miradas y la atención a todos los problemas que se generan.
Damnificados, daños en la infraestructura pública y privada, personas aisladas, inundaciones, problemas sanitarios, de servicios, de conectividad y muchos otros relacionados con los efectos de la catástrofe, fueron los primeros en captar la atención y las tareas de la opinión pública.
Con mayor o menor presteza, con grandes o pocos resultados, los organismos sean del Estado o privados, han trabajado por hacerse cargo de estos problemas. Siempre faltará tiempo, recursos y esfuerzos para poder volver a la normalidad aquello que ha sido afectado por eventos de este tipo, más cuando se trata de las personas, y cuando incluso se han perdido vidas.
En este contexto, también se encuentra el otro lado de esta historia. Lo que se ha podido avanzar y remediar en medio de lo catastrófico de los hechos y de lo escasamente preparado que está nuestro país para estos eventos.
La reposición de la conectividad, especialmente, ha sido importante y tal como lo dijera el ministro Alfredo Moreno, deja en evidencia lo necesario que es repensar las obras públicas en función de este tipo de emergencias.
La solidaridad, la empatía, la visualización de necesidades importantes en sectores de la población, también quedan en evidencia, como una manera de saber que este tipo de emergencias no sólo nos ponen a prueba, sino que animan e impulsan a la sociedad a estar presta, atenta y no sólo con capacidad de reacción, sino que también de prevención.