41 años de penas y alegrías, como la vida misma
El ex Deportes Arica, actual San Marcos, celebra un nuevo aniversario recordando grandes jornadas y a los ídolos de siempre.
Un 14 de febrero de 1978 vio la luz el club Deportes Arica en el fútbol profesional chileno, antecesor del actual San Marcos de Arica. 41 años han pasado de aquello entre penas y alegrías como la vida misma.
Y fue el tesón de dirigentes del fútbol amateur pertenecientes a históricos clubes como Norte Unido y Arica Portuarios, lo que generó que la ciudad tuviera representación en el balompié nacional y entre ellos estuvieron Alberto Serrano, Roly Vásquez y hasta autoridades que dieron su apoyo a la iniciativa.
De esa manera, como regalo de San Valentín, la entonces Asociación Central de Fútbol (ACF) dio su venia para que el naciente club participara en la competencia de la Segunda División de 1978 en calidad de invitado sin derecho todavía a ascender.
No obstante esto, la dirigencia, entre ellos el abogado Armando Poblete, decidieron armar un buen plantel que combinara la experiencia de jugadores profesionales con recorrido con jóvenes ariqueños que destacaban en el fútbol amateur.
La columna vertebral vino desde la Universidad Católica partiendo por el capacitado entrenador Jorge Luco, que trajo a los defensas Bruno Morales, Fernando Astudillo y Víctor Adriazola, todos cracks del cuadro universitario, que afirmaron la zaga.
Junto a ellos, jóvenes como David Henríquez, Guillermo "tiburón" Guerra, Alejandro "chueco" Silva, Adrián "cogote" Pérez, René Rojo, Juan Díaz, y Mañungo Flores, tuvieron la oportunidad de mostrarse ante el entrenador.
El debut no fue feliz, ya que en un estadio Carlos Dittborn casi repleto, Deportes Arica cayó por 2 a 0 ante Iberia de Los Ángeles. Los dos tantos letales los convirtió Benjamín Muñoz, jugador que años después llegaría como refuerzo a vestir la celeste ariqueña.
Fernando "Potro" Astudillo, ex Católica, fue uno de los jugadores que más se identificó con Arica y que en lo personal vivió una verdadera historia de San Valentín, ya que acá se enamoró de una reina de belleza (Lorena Díaz), pero como los padres de la ariqueña no estaban muy de acuerdo con el noviazgo, tuvieron que partir de la ciudad, tiempo después.
El "potro" sólo tiene palabras de agradecimientos para Arica, y desde Santiago donde radica manda un saludo en esta fecha señalando que "Arica es una ciudad maravillosa, donde viví lo mejor de mi vida en lo profesional y personal, y el fútbol te da todo eso".
Junto al Potro, pasaron muchos jugadores por la entidad de los bravos que por su calidad y entrega en el campo de juego pasaron a ser verdaderos ídolos y ejemplos para todos.
Entre ellos, destaca el goleador uruguayo, Eduardo Esquivel, el cual celebraba sus goles corriendo a la tribuna y colgándose de las rejas.
Jorge Cabrera, apodado el mago de la zurda, es uno de los más recordados, ya que estuvo más de 10 años en el plantel. Cabrera, proveniente de la U. de Chile y de Ferroviarios, se convirtió en el verdugo de cuanto arquero enfrentó desde los inicios del club. Particularmente se le recuerda por sus goles a Colo Colo, anotando tres en un mismo partido jugado en Santiago.
El ex crack radica en la Tercera Región y desde allá, expresa que "es una gran fecha para saludar a tantos amigos, a la fiel hinchada con el mensaje que nunca dejen de apoyar al club, porque es una oportunidad para que niños y jóvenes hagan deporte y una vida sana".
Cabrera formó con el gran Francisco "Chamaco" Valdés y el brasileño Joao Ananías, una de las delanteras más temibles que permitió que Deportes Arica subiera a Primera División por primera vez en 1981 y además ganara la Copa de Campeones a Colo Colo.
Para los hinchas, los clásicos con Deportes Iquique, que ingresó en 1979 al fútbol profesional, eran partidos donde no se podía perder.
Miguel Durán, que en esos tiempos estudiaba para profesor, recuerda que siempre iba al estadio junto a compañeros que se ubicaban en la tribuna Andes, y "había que irse temprano, varias horas antes para poder conseguir entradas".
Pero fue un clásico con Iquique en el estadio de Cavancha (1979) donde vivió una experiencia increíble, ya que se produjeron incidentes que terminaron con una galería incendiada en el estadio. "A nosotros nos evacuaron, pero los iquiqueños nos persiguieron hasta la playa y luego tiraban piedras a los autos de los ariqueños hasta la salida de la ciudad", recuerda.