Una de las secciones más dinámicas de "La Estrella" durante el año 2018 fue "Mi Barrio". Diariamente durante la semana, se dedica una página para atener las denuncias de vecinos en torno a una serie de problemas que les pueden afectar. Esta sección permitió visualizar algunos de los problemas más comunes que existen en nuestra ciudad, en ojos y voces de los mismos pobladores, y en sectores que no siempre están en los ojos y la atención de la sociedad local.

Entre los problemas más frecuentes que se han visto en los barrios, están los socavones, la presencia de hoyos en las calles, la acumulación de basura en sectores residenciales, junto con la creación de microvertederos.

También hubo una serie de denuncias en torno a conductores que usan las aceras como lugar para estacionar sus vehículos, otras tantas respecto del mal estado de las mismas aceras y recientemente también del mal estado de las áreas verdes, y de la destrucción de plazas y parques.

Sin embargo, el objetivo de esta sección no es simplemente poner de relieve lo negativo que exista en nuestra ciudad o en sus poblaciones. Por el contrario, la idea es visualizar los problemas, ofrecer un espacio de expresión a los vecinos, y establecer los contactos con las autoridades y los organismos competentes para que los problemas planteados se puedan solucionar.

Una revisión por algunas de las denuncias realizadas por vecinos en la sección durante 2018, muestra que este objetivo, en general, se fue cumpliendo. Sectores donde se acumulaba basura, fueron limpiados. Hoyos en las calles fueron reparados, si se trataba de seguridad, aparecieron cámaras y también más vigilancia. Sobre todo, unión entre los vecinos. El hecho muestra que, cuando los pobladores y vecinos se unen para conocer, reconocer y sobre todo, exponer sus problemas, es más fácil que las autoridades y los organismos competentes puedan hacerse cargo de dichas situaciones que los aquejan.

Pero sigue siendo también muy importante el compromiso que los mismos vecinos tengan respecto de aquellos hechos cuyas soluciones pueden estar también en sus manos.

El Foro Económico Mundial ha publicado un reporte que debe llamar la atención de toda la sociedad y particularmente las universidades, que son las instituciones llamadas a formar los trabajadores del futuro. Aunque es prácticamente imposible reducir en pocas líneas un reporte de tal profundidad, parece posible plantear elementos clave.

Las nuevas tecnologías tales como la internet móvil ubicua de alta velocidad; la inteligencia artificial, la adopción generalizada de big data analítica y la tecnología de nube serán determinantes estructurales del progreso de las naciones en los próximos años.

Los trabajos administrativos, operativos, rutinarios, se reducirán a una mínima expresión producto de una creciente automatización y su reemplazo por máquinas. Así, el 50% de las organizaciones analizadas en el estudio vislumbran que las personas sólo tendrán posibilidades labores en la medida que contribuyan en nuevos roles, para los cuales deberán poseer formación superior, flexibilidad laboral y múltiples capacidades. Por consiguiente, los profesionales capaces de diseñar, mantener, implementar y optimizar estas tecnologías tendrán un papel relevante en la nueva economía, entre los cuales destacarán: Analistas de Datos; Desarrolladores de Aplicaciones y Software; Especialistas en Comercio Electrónico y Social Media, es decir, aquellos vinculados a la Ingeniería, Robótica, Informática y Sistemas. Pero se sumarán profesionales con habilidades humanas no imitables como los Especialistas en Desarrollo y Cultura Organizacional, Especialistas en Servicios al Cliente, Profesionales en Marketing y Ventas; los Directores y Gestores de Innovación, entre otros.

Las universidades desarrollan el saber y el conocimiento en un nivel superior, asimismo promuevan el cultivo de las artes, las letras y las humanidades. No sólo forman profesionales de pregrado, sino que investigan, desarrollan postgrado y se vinculan con el medio a través de múltiples facetas. Con todo, reconociendo la complejidad de las universidades, los cambios en el futuro del trabajo no solo deben ser considerados, sino que deben ser asumidos proactivamente como una exigencia de responsabilidad social.