Los datos son inquietantes. Sólo un 20% de las personas se siente protegida con su actual plan de salud y un 81% piensa que el gobierno debería modificar tanto Fonasa como las Isapres, dice la Encuesta de Salud que desde 2011 realizan en forma periódica la Universidad Andrés Bello y la empresa GFK Adimark.
Un resumen podría ser el siguiente: Por años la evaluación que tienen los beneficiarios de los sistemas público y privado de la salud es deficiente, a pesar de las potentes inyecciones de recursos (9% al año), pesan más las mayores exigencias de los usuarios y los problemas reales en los servicios.
Hace unas semanas el Presidente Sebastián Piñera anunció cambios en el sistema de Isapres, con un proyecto que busca eliminar las preexistencias y las carencias, mecanismos que se utilizan para limitar coberturas médicas o poner trabas a la movilidad de los afiliados entre las instituciones de salud previsional. Dijo que en el sistema público de Fonasa no hay preexistencias ni carencias. La idea del Ejecutivo es crear un mecanismo de compensación entre las prestadoras de servicios de salud, para asegurar una repartición equilibrada de los afiliados entre las entidades del mercado. A la vez, se corregirán los problemas de discriminación por edad o sexo, para permitir la movilidad de los usuarios y dar mayor transparencia.
Desde hace más de una década se viene hablando en el país de la necesidad de cambiar los modelos de atención, para adecuarlos más al perfil epidemiológico y demográfico de la población, considerando que nuestra sociedad ha envejecido y se han extendido las expectativas de vida.
Es cierto que la inversión en salud se viene incrementando fuerte en las últimas décadas, tanto en el sector público como privado, pero la percepción de la gente es que los problemas no se resuelven. Porque no basta con dictar leyes que -por ejemplo- extiendan la asistencialidad si no están creadas las condiciones para atenderlas. En consecuencia, los sistemas de salud hay que abordarlos en forma integral, al igual que las propuestas de reformas para ajustarlos a las necesidades reales.