En Roma, en las laderas del monte Gianicolo, se encuentra la Villa Sciarra. Se trata de un parque que cuenta siglos y elementos de un enorme valor histórico y patrimonial. Uno de ellos es su gazebo, compuesto de siete columnas que sostienen una cúpula de hierro forjado, entre las que alguna vez hubo escaños y una mesa central.

Hoy, parte de esta historia se ha perdido y las columnas, peldaños y estructura en general se encuentran deterioradas debido a rayados y mensajes que junto al paso del tiempo, las han afectado negativamente.

Es por eso que el municipio de Roma comenzará a trabajar en la limpieza y restauración de los distintos sectores de la villa que han sufrido deterioros, debido al paso de visitantes inescrupulosos que creen que dejar mensajes y "recuerdos" en el lugar, es más importante que la historia misma del lugar.

Este hecho muestra que la falta de consideración por los lugares patrimoniales puede ser una pesadilla común a países como Italia, Chile o Egipto. Sin embargo, la diferencia es la manera como se enfrenta este tipo de problemas.

Tal como en Roma, este año el municipio ariqueño ha realizado un trabajo de limpieza y conservación de sectores patrimoniales y algunos monumentos de la ciudad. Plazas, estatuas y sectores de alto interés histórico y turístico de Arica sufren tal como ha ocurrido con la Villa Sciarra de Roma.

Sin embargo, en el caso que ha asumido el Consistorio romano, llama la atención también el compromiso de la comunidad. Y es que hace unos años, un grupo de ciudadanos reunidos en la asociación Amigos de Villa Sciarra se pusieron a trabajar para remediar el abandono del lugar.

La incorporación de los vecinos al cuidado y la recuperación de espacios públicos, incluso aquellos de carácter patrimonial, es muy importante. Se debe fomentar el respeto por la ciudad, por aquellos lugares que forman parte de la identidad ariqueña, con la idea que sea la misma comunidad la que los proteja y defienda.

"Arica siempre Arica, mayor es mi lealtad", debe ser un hecho, no sólo un lema.

El lunes se firmó un pacto migratorio del cual nuestro país se restó.

La ONU ha venido manifestando desde hace tiempo su voluntad de crear un "Pacto Global" como una respuesta a la dura realidad Migratoria que se vive en el Mundo, pero la hoja de ruta planteada pareciera, a gran escala, la aplicación de un modelo que históricamente ha llevado a prósperos países a la ruina, un enfoque cuya concepción del progreso parece estar siempre supeditada al esfuerzo de "otros", esto explica que el Pacto disponga que en los Estados Suscriptores, los Migrantes que arriben deban tener "Derecho", por ejemplo, a servicios básicos. Otro aspecto es el que busca disminuir los factores que obligan a las personas a abandonar su tierra, se pretende que los países colaboren con aquellas naciones que han sufrido catástrofes o conflictos que obligaron su migración, sin embargo, muchas veces se trata de factores estructurales, presentes a causa de la codicia de sus líderes y la desidia ciudadana ¿También son otros los que deben ser responsables por ello? Pareciera más ecuánime y efectivo mancomunar otros esfuerzos para esos países cuyos líderes no han tenido la capacidad de crear o mantener ambientes apropiados y dignos para sus nacionales, aunque casi siempre muy favorables para ellos mismos, y es esto justamente lo reprochable para el Pueblo de Chile, que sin regalos y con una historia pesada ha logrado salir adelante.

No es curioso que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos valide este acuerdo y critique firmemente a países que, como Chile, ven sólo Caos en él, lo que sí es curioso es la facilidad con que hoy se "sacude" de la responsabilidad que le cabe en el tema, pues fue bajo su mandato que esta situación se agudizó. Cómo olvidar la llegada de miles de ciudadanos haitianos, sin un "Plan". Cualquiera pudo predecir que aquello sería un desastre, y así fue; y es que nada puede transformar la mentira en verdad, aun cuando la mirada impuesta, con incomprensibles intenciones, pretenda invertir la moraleja de la famosa fábula de la cigarra y la hormiga.