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El Gran Pirula: Filántropo del tenis ariqueño

La historia detrás del nombre más gracioso de una botillería, cuyo dueño destacó en cuanto deporte o juego de salón incursionó.
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M ás de 40 años de una trayectoria deportiva llena de éxitos y logros puede exhibir Santiago Orlando Moscoso, pero este ariqueño se hizo más conocido por el singular nombre de su botillería llamada "El Gran Pirula". En la actualidad, el también filántropo del deporte de 92 años de edad se halla delicado de salud y descansando, pero su hijo Santiago es quien descubre la historia detrás del hombre que todavía auspicia eventos deportivos.

"Mi padre destacó en varios deportes antes de llegar al tenis y es así que cuando muy joven llegó a ser seleccionado de fútbol, luego de defender a varios equipos de la Asociación de Fútbol de Arica (AFA), pero también practicaba atletismo y corría en la maratón de los barrios que se desarrollaba en Iquique, donde obtuvo varios diplomas por sus buenas participaciones", relata su hijo Santiago.

Pero cuando dejó el fútbol, lejos de alejarse de la actividad deportiva, Santiago Orlando, decidió seguir ligado a esta pasión de multitudes en calidad de árbitro y esto sería determinante para el nuevo rumbo que tomaría su vida y particularmente lo que sería su llegada y vinculación con una nueva disciplina deportiva.

Encerrado

De acuerdo al relato de su hijo, quien por esos años practicaba tenis, lo llamaron una vez avisándole que su padre estaba encerrado en un camarín, luego de un partido donde se calentaron los ánimos y los jugadores de un equipo querían pegarle a don Santiago por estimar injustificado algún cobro, como pasa en las ligas del fútbol amateur.

Tras rescatarlo de tal percance y complicada situación que ponía en riesgo la integridad física de su padre, es que lo convenció de dedicarse a jugar tenis como lo hacía él.

De esta manera, el creador del famoso negocio de avenida Valente Rossi, sumó la práctica de otro deporte en su bitácora y con gran éxito, dado que comenzó a participar en torneos realizados en Antofagasta y Santiago, donde tuvo la oportunidad de codearse al lado de grandes figuras del tenis nacional como el caso de Hans Gildemeister y otros.

Luego entró a la categoría master formando una dupla demoledora con el juez Jorge Cañón, ganando varios campeonatos en dobles en las canchas de tenis de aquellos años.

El trajín deportivo le servía para la distracción mientras llevaba adelante su negocio, cuyo nombre llama la atención, pero su hijo aclara que "no hay ningún doble sentido y todo partió con el primer local que se llamó "El pirula", porque al suegro de mi padre, que era gringo y que en su época se peinaba a la moda, le decían así". Es decir, el apodo aludía a su estampa o buena facha, lejos de cualquier otra connotación.

Y cuando se agrandó la botillería es que se decidió que el negocio pasara a ser bautizado como "El Gran Pirula" y de eso hace bastantes años, cuando el dueño ligado al tenis, comenzó también a auspiciar un torneo que hasta el día de hoy lleva el nombre del local y que tiene la particularidad única en la región de otorgar premios en dinero a los mejores.

En los primeros años, era el mismo Santiago Orlando Moscoso, el que con mucho orgullo y satisfacción apoyaba este certamen que solía hacerse en el verano, pero la tradición la ha seguido su hijo.