Tal como un niño toma en sus manos un gatito, así toma Andrés Guaringa un enjambre de abejas, a mano limpia y con total tranquilidad, como si ese vibrante montón de insectos no contuviera miles de lancetas capaces de llenarlo de pies a cabeza de dolorosos y tóxicos piquetes.

Con esa sangre fría es que recibe los llamados del SAG, que ayer una vez más se contactó con él, luego que vecinas del sector Robinson Rojas alertaran que una bola compuesta por multitud de insectos se había instalado en un árbol del sector y algunos niños estaban empezando a atacarlas a pedradas.

El apicultor comentó que este es el sexto enjambre que retira en el mes en la ciudad, por lo que hizo un llamado a la comunidad a estar alertas en este tiempo, ya que desde septiembre se inicia la temporada de reproducción de las abejas, por lo que es más común verlas en diferentes sectores de la ciudad. "Están buscando un hogar, por lo que la abeja reina busca un lugar y es acompañada de un promedio desde 500 a 10 mil y mientras ocurre este proceso se arma una "bolita", por lo que se mantienen cuidándose... y son inofensivas si no se las molesta", aseguró.