La declaración de Arica
En el marco del favorable fallo de La Haya para nuestro país, nos pareció oportuno y necesario emitir la Declaración de Arica donde dejamos claro que "nuestro enemigo no es Bolivia, ni es Perú. Nuestro enemigo tiene nombre: se llama centralismo".
El mismo centralismo asfixiante que ha caracterizado a Chile, donde somos finalmente las zonas extremas, como Arica, las que pagamos las consecuencias de esta concentración central tan marcada.
Aquí, es donde nuestros pueblos han enfrentado dificultades económicas, sociales y políticas a través de un despliegue conjunto de las comunidades que en estos sectores conviven, y han diseñado estrategias colaborativas para su desempeño local, teniendo como prioridad el desarrollo, la paz y la cooperación entre los pueblos.
Es por ello que exigimos al Estado de Chile, su preocupación activa en la definición de políticas públicas e inversiones, en la Región de Arica y Parinacota que permita enfrentar de buena forma la realidad de vivir en un territorio bifronterizo, donde día a día se cumple el Tratado de 1904, que le da paz y estabilidad a Chile.
En este sentido, reafirmo que en Arica somos garantes de la paz en Chile ante los ojos del mundo. Donde, sufrimos a diario las consecuencias del cumplimiento del Tratado de 1904, como la contaminación antrópica producida por los desechos despilfarrados en sectores del Lago Chungará y el Parque Lauca; congestión vehicular y accidentes de tránsito en los valles de Arica; y la existencia de una línea férrea que divide en dos a nuestras poblaciones y dificulta la evacuación de la comunidad en caso de tsunami.
Arica es un territorio donde se vive de manera cotidiana la integración con los países hermanos de Perú y Bolivia. Existe una especial condición geográfica y humana que nos ha mantenido durante más de un siglo conviviendo diariamente entre vecinos, transitando de manera pacífica por las fronteras sin otro ánimo más que la amistad y la fraternidad de nuestros pueblos, por lo que hacemos un llamado a la cultura de la paz en la frontera vivas que hacen de Arica un lugar único para Chile y Latinoamérica.