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Entre el vals del no, los "canas" y la soledad

Ariqueños que protagonizaron la jornada del plebiscito vivida hace 30 años, destacan que fue uno de los hechos históricos más importantes, pero que no se ha valorado.
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Hasta la víspera del 5 de octubre de 1988 día del plebiscito del Sí y el No, José Luis Torres, miembro de la Asamblea Ciudadana, y dirigente de la Democracia Cristiana no sabía que eran los canas.

Acompañado de un diputado argentino y un reconocido dirigente sindical de ese mismo país, llegaron hasta la Corte de Apelaciones de Arica para entrevistarse con el presidente del tribunal de alzada, Andrés Díaz Cruzat.

"Las autoridades no habían querido recibirnos, así que fuimos a la Corte donde sí nos atendió el fiscal , pero cuando salimos, el diputado me dice "mira esos canas", a lo cual le pregunté qué significa eso", recuerda Torres.

La respuesta del veedor de las elecciones, fue que "¿crees que esa pareja que se besa es algo real, o que el vendedor de frutas está vendiendo algo?, para nada, son canas, aquellos agentes que conocimos en la dictadura argentina,todos con lentes de sol".

Ese era el ambiente que se vivía previo a una elección que marcaría la historia política de Chile.

Para Luis Gutiérrez, en aquel entonces presidente del Partido Radical y miembro del Comando del No, fue una jornada histórica que costó mucho y que no ha sido valorada en la actualidad.

"Hubo momentos muy difíciles en los momentos previos al plebiscito donde por ejemplo fue duramente golpeado el presidente del PDC, Jorge Chameng y lo mismo Óscar Eloy, que recibió una brutal golpiza", rememora quien hoy vive en Valdivia, pero no olvida esa jornada.

"En mi caso junto a muchos luchadores habíamos sido relegados para una Navidad en esos años, pero para el plebiscito no teníamos temor ni plan B confiados en que ganaría la democracia", afirma.

Sin embargo, cuenta ahora con humor que "en mi calidad de profesor me castigaban cambiándome de escuela y hasta me trasladaron a una cerca de Tacna, casi fuera del país".

Otro de los protagonistas fue el miembro del Partido Humanista Sergio Onell, vicepresidente del Comando del No en ese momento.

"Estábamos atrapados por la emoción de lo que se avecinaba y por lo cual habíamos trabajado arduamente desde hace tiempo con distintas acciones, pero no teníamos mucho tiempo para emocionarnos, había que trabajar y formamos nuestra propia lista de apoderados, algo vital", señala.

En cuanto al día de la elección, "más que temor había una gran ansia de participación donde la gente entendió que existía la posibilidad de derrotar a la dictadura con un lápiz".

Héctor Mérida, periodista y reportero gráfico, recuerda que "una de las características de los sucesos en torno al año 1988 fue la capacidad de los ariqueños de desbordar las expectativas, superando siempre lo que se podía esperar de ellos. Pasó con las movilizaciones contra la dictadura desde antes de ese 5 de octubre, luego en la masiva participación en el Plebiscito del No".

Mérida cuenta, además, que "también hubo quienes no entendían los cambios que significaba el camino de retorno a la democracia. El mismo 5 de octubre los militares me detuvieron -por casi última vez- por sacar fotos "políticas", en este caso de las votaciones en el Liceo A5. No entendían que la transparencia y la Libertad de Prensa eran parte de las garantías que se estaban restaurando".

De la otra vereda, José Durana, actual senador de la UDI, recuerda que "en ese entonces yo era secretario regional de la Juventud, y estaba en Iquique, porque todavía dependíamos de Tarapacá".

Fue ese mismo año que se casó, y la torta llevaba un enorme Sí, lo mismo que las tarjetas de invitación al matrimonio.

"Para el plebiscito voté en la mesa 5 del Liceo Politécnico y de allí volví a Iquique; allá en la intendencia estuve con el entonces seremi de Gobierno, Julio Urquhart, esperando los resultados y "cuando todo estaba resuelto, nos fuimos cada uno a su casa, donde las calles estaban vacías y había una completa soledad".

Comenzaría, entonces, otra historia que vivir y escribir.