EN RESUMEN
"Lucky", de John Carroll Lynch, es la última película que hizo el actor Harry Dean Stanton antes de fallecer el año pasado. Se estrena el 4 de octubre en todo el país, como parte de la Red de Salas de Cine Independiente.
"Lucky", de John Carroll Lynch, es la última película que hizo el actor Harry Dean Stanton antes de fallecer el año pasado. Se estrena el 4 de octubre en todo el país, como parte de la Red de Salas de Cine Independiente.
Se podría trazar una historia del cine independiente y de culto a través de la carrera de Harry Dean Stanton (1926-2017). Estuvo en "Two-lane blacktop" (Monte Hellman, 1971), "Renaldo and Clara" (Bob Dylan, 1978), "Alien" (Ridley Scott, 1979), "Repo man" (Alex Cox, 1984), "Paris, Texas" (Wim Wenders), "La última tentación de Cristo" (Martin Scorsese, 1988) y "Corazón salvaje" (David Lynch, 1990), entre otras tantas películas memorables.
Tenía la capacidad de hacer de tipo amable, lunático o abrazar la oscuridad de algunos directores que lo acogieron. Digamos que al igual que Timothy Carey ("Al este del Edén", "La patrulla infernal"), Harry Dean Stanton fue siempre el perfecto secundario, el actor de reparto que nadie pasa por alto.
"Lucky", de John Carroll Lynch, se puede interpretar como un homenaje a su trayectoria en el ocaso de su vida (su director la definió como "una carta de amor"). Una película crepuscular en la que Dean Stanton encarna a un anciano solitario, ateo y duro de roer (como el que interpretó en "Una historia sencilla", de Lynch) que, tras una caída, recibe un diagnóstico médico sorprendente: está en perfecto estado físico y, por fumar demasiado, ha desarrollado una inusual inmunidad a la nicotina.
La broma podría generar una comedia de bajo vuelo, pero Carroll Lynch convierte a "Lucky" en una reflexión sobre un hombre que toma consciencia de su fragilidad y espera la muerte mientras lleva a cabo su sagrada rutina en un lugar tan poco relevante como Piru, California: caminar por el pueblo, hacer crucigramas, cantar, meditar, beber en el bar junto a otros parroquianos (entre ellos, David Lynch, haciendo de su mejor amigo, un tipo que ha perdido su tortuga).
Es obvio que Dean Stanton se inspiró en su propia historia para construir al personaje -el guión se basa en anécdotas de su vida- y también en sus propios cuestionamientos ante el paso del tiempo. La vejez es vislumbrada aquí como un desgaste del cuerpo pero, a la vez, un camino hacia la sabiduría.
Pero, a pesar de sus a ratos forzados diálogos "existencialistas", "Lucky" se vuelve entrañable y encuentra luz tras ese imaginario de tipos rudos que el cine -y la música popular estadonidense- se han encargado de esculpir.
"Lucky" podría ser una balada de Johnny Cash o Kris Kristofferson. Para John Carroll Lynch, conocido como actor en películas como "Zodíaco" y "Fargo", es una consagración. Y para Harry Dean Stanton, una suerte de compendio de todas sus actuaciones, además de una triunfal y luminosa despedida.