Esta semana se conoció en Copiapó, el caso de una denuncia interpuesta en la Fiscalía local, luego de la filtración de imágenes íntimas de una estudiante secundaria, las que habrían sido viralizadas, presuntamente, por otro estudiante con quien habría mantenido una relación sentimental.

El caso en este momento se encuentra siendo investigado, sin embargo, en lo concreto y actual, habla de los peligros que encierran la red y también las relaciones entre estudiantes cuando son poco saludables.

Este hecho quedó al descubierto y fue debidamente denunciado, luego de que apoderados vieran estas fotos y supieran lo que estaba pasando. Así, este problema comienza a ser contenido, no sin antes afrontar todo el impacto que significa.

Sin embargo, esto no excluye problemas como el bullying y el ciberacoso que pueden estar muy ligados con este tipo de casos. Es por eso que la ministra de Educación, Marcela Cubillos, anunció que el Gobierno lanzará en unas semanas más un plan nacional de apoyo e información sobre el ciberacoso escolar.

Es una cuestión urgente. Según datos que maneja la Superintendencia de Educación y que fueron citadas por el portal de noticias Emol.com, en el primer semestre de este año las cifras por maltrato o bullying aumentaron 38% en comparación con el mismo periodo del 2017. En tanto, sólo el ciberacoso subió 65%.

La ministra comentó que existe "un desconocimiento de las conductas, hay un desconocimiento de las amenazas y también de cuáles son los medios más utilizados y los procesos que se tienen que llevar".

La información y el apoyo tanto a las víctimas del ciberacoso, como a sus familias es muy importante para ir superando y previniendo este problema. Sin embargo también es vital que los colegios y los profesores se integren e interesen profundamente por este tipo de fenómenos.

Esto significa que los casos no deben ser abordados solamente como una cuestión administrativa, sino que deben ser asumidos como un problema social y especialmente humano, que requiere de atención especial, empatía, afecto y apoyo, tanto como para las víctimas como para quienes pueden ser victimarios.

El común denominador de estos tres productos es, diría, una nueva vinculación con la economía real. Más estable, competitiva y eficiente y, posiblemente, una manera de orientar los esfuerzos de Chile hacia el desarrollo. La historia de cada uno se resume así:

Tractores Pauny. Es una empresa argentina que surge por iniciativa de los empleados de la quebrada Metalúrgica Zanello. Los trabajadores alquilaron las instalaciones y lograron tal éxito que entre 2001 y 2017 casi multiplicaron por 10 la producción de tractores. Fueron apoyados por el Gobierno en un esquema cooperativo, y hoy tienen el 21% del mercado interno argentino y exportan a varios países compitiendo con los temidos productos chinos y de otras latitudes.

Trenes NS 16 del Metro de Santiago. Un contrato tipo offset (un negocio parecido a lo que hizo el Gobierno de Ricardo Lagos cuando compró los aviones F-16 para la FACH) que se logró el 2011, con la francesa Alstom y que este año pondrá en marcha los primeros trenes armados en Chile. El costo para el Metro, es parecido a importarlos armados, pero los beneficios de aprendizaje y agregación de valor son enormes para Chile. Además se espera que se reduzcan los costos de mantención durante su vida útil.

Lechera Colun. Una cooperativa lechera del Sur de Chile, ha duplicado su participación de mercado en los últimos 10 años, lleva dos años como la empresa mejor valorada en Chile por los consumidores (Publimark) y es la única que este año es calificada como excelente entre 124 empresas evaluadas. Tiene a su competencia muy enojada y acusándola de evasión tributaria.

Me parece que lo que asemeja a estas empresas, tan distintas entre sí, es el cariño por el trabajo que desarrollan, que parece resistirse a los criterios financieros de corto plazo. Más importante, es que demuestran que pueden competir y ganarse un espacio de mercado, sin disponer de inmensos capitales, sin trampa, sin abusos, sirviendo bien a su comunidad.