Esta semana, dos de las tres cadenas de supermercados que existen en la ciudad dejaron de entregar bolsas plásticas a sus clientes. La otra, en tanto, lo hará de aquí a fin de año, respondiendo a la entrada en vigencia de la Ley 21.100 y como parte de su compromiso con el medio abiente.

Pese a que se trata de una medida aplaudida por la mayoría, por sus beneficios ambientales, quienes se han llevado la peor parte han sido los empaquetadores.

Baja en sus ingresos y reclamos por montón han recibido al negarse a entregar bolsas para empaquetar las compras o hacerlo en mínimas cantidades.

"La gente no entiende que no es que no queramos hacerlo, sino que por normativa ya no podemos entregarlas. Muchos se enojan y hasta nos insultan", comentaron Camila Díaz y Cony Choque, universitarias que se desempeñan en el oficio.

Por otro lado, las propinas, aseguran, han bajado considerablemente, ya que las personas no llevan bolsas reutilizables y deciden por sí mismos depositar lo comprado en sus carros. "Sí, ha habido una disminución. El año pasado en un turno me hacía unos 15 mil pesos y ahora, unos ocho mil", comentó Ignacio Ramos.

Aún así, los jóvenes ven el futuro con optimismo. "La gente seguirá necesitando que empaquemos en sus bolsas reutilizables. Somos parte importante en estas tiendas, ya que de lo contrario, la atención sería más lenta y se pasaría mucho más tiempo en las filas", sentenciaron.