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Escombros por demoliciones amenazan su calidad de vida

Residentes de la Guañacagua II aseguran que la acumulación de estos materiales ha provocado plagas de ratones y afectan su seguridad.
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Una torre de escombros, fierros y basura dan la bienvenida a la esquina de Feliciano Encina con Miguel Squella, debido a la demolición de las viviendas de la población Guañacagua III.

La enorme cantidad de materiales de construcción en desuso y la basura que se ha ido acumulando desde febrero (cuando se iniciaron las demoliciones) han provocado que los vecinos de la población Guañacagua II estén afectados por los ratones que salen de estos cerros de escombros y que, además, como esa esquina no está cercada, vaya gente a buscar metales, fierros y cualquier tipo de cachureos que les pueda servir para revenderlos.

Eva Bermejo, presidenta de la junta vecinal Guañacagua II, dice que "la llegada de personas anexas a los residentes de la población que utilizan el sector de los escombros para venir a carretear o buscar fierros, han atemorizado a los vecinos y varios de ellos han sido víctimas de la delincuencia".

Agrega que una de las principales víctimas del abandono en que quedó la población Guañacagua II ha sido el jardín infantil "Milagro de Amor", ubicado en Miguel Squella con Scutti, el cual ha sufrido robos en tres ocasiones, durante este año.

Desde la Dirección Regional de Integra, institución a la que pertenece el jardín, informaron que "estos episodios han afectado en tres oportunidades al establecimiento referido durante el presente año. Además de provocar daños, en general los ladrones cuando han ingresado tienden a llevarse elementos que les son fáciles de reducir o vender. Cada una de estas situaciones se ha traducido en una denuncia para las autoridades policiales, como también la solicitud de refuerzos de vigilancia, de mejoras en la iluminación pública e inversión institucional interior en ese aspecto".

El comandante de la Prefectura Arica, Luis Rozas, explicó que las condiciones en que quedó el sector se han convertido en "facilitadoras del delito" como los sitios eriazos, la acumulación de escombros y la oscuridad en la quedó Guañacagua II.

Destacó que en el sector hay una vigilancia permanente y que, además existen cámaras de seguridad que los alertan sobre los episodios de delincuencia.

Retiro de escombros

Desde el Serviu respondieron que "los escombros existentes en el lugar serán retirados con la demolición de las 11 últimas viviendas que quedan. La empresa constructora tiene programado el retiro de los escombros existentes y el escombro que generen las demoliciones faltantes, para fines de agosto. No obstante lo anterior, es importante señalar que el contrato tiene vigencia hasta el 21 de octubre de 2018".

Añadieron que el proceso de demolición registra un avance de un 90% y que "estas viviendas se encuentran desratizadas y cuentan con el certificado de desratización correspondiente, emitido por el Servicio de Salud".


María Angélica Colque

"Nuestra población está fea, está sucia, se ven muy mal todos esos escombros que quedaron en Miguel Squella. Nosotros, los que quedamos, hemos pagado las consecuencias de la demolición".


Lina Castillo

"Lo que más nos afecta es la seguridad, soy persona de la tercera edad, no puedo pasar rabias, queremos cooperación de las autoridades. Estamos hace 20 años y nuestra población está afectada por socavones, robos y ahora los escombros de la demolición".


Ana Valdivia

"Cuando las casas quedaron abandonadas nos inundamos, porque no se cortó el agua, lo que nos provocó aún más socavones. Los robos han aumentado por el abandono y falta más seguridad".


Carmen Gloria Ortuño

"Con la demolición de la Guañacagua III todas las calles están llenas de basura, escombros y los fierros que cualquier persona puede pisar y accidentarse. Los pasajes demolidos están llenos de fierros y nosotros tenemos que caminar por ahí ".