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Es profesor y embajador de la energía solar

Carlos Sepúlveda es docente de electrónica en el Liceo Pablo Neruda, pero en su rol de facilitador de la iniciativa Ayllu Solar apoya a otras escuelas y docentes de la región.
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Un grupo de estudiantes del Colegio Alta Cordillera se pone cascos blancos y comienza a subir por una de las escaleras del Liceo Pablo Neruda. Como parte de su experiencia en el marco de la iniciativa Ayllu Solar. Allí conocerán los paneles fotovoltaicos que fueron instalados en 2015 y que transformaron al establecimiento en el primero del país en generar parte de su propia electricidad a través de la energía del sol.

El profesor Carlos Sepúlveda -coordinador de la especialidad de electrónica del Liceo- los guía y explica el funcionamiento de los paneles. "¿Qué pasa si yo cambio el panel y lo pongo para el sur?", le pregunta a los alumnos de octavo básico. "No funcionaría, ¿cierto? Los paneles siempre se orientan hacia el norte porque tienen que seguir la línea del Ecuador, y el Ecuador para nosotros está hacia el norte. Si estuviéramos en Estados Unidos, ¿hacia dónde deberíamos apuntar el panel?".

- Al sur - responden los niños al unísono.

- ¿Y si estamos en el Ecuador? - pregunta uno de los estudiantes

- ¡Excelente pregunta! ¿Hacia dónde los apuntamos?

- Hacia arriba - responde otro.

- Da lo mismo, porque donde estés siempre vas a apuntarle al sol - explica Sepúlveda.

En su rol de facilitador del proyecto Ayllu Solar, este profesor no sólo recibe a estudiantes de otros establecimientos de la comuna en el Liceo Pablo Neruda, sino que visita escuelas y apoya a los profesores en el desarrollo de proyectos con energía solar. A través de la metodología de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), Ayllu Solar busca que las escuelas promuevan el aprendizaje y la conciencia de las futuras generaciones sobre el potencial solar de la región.

De electrónico a profe

Carlos Sepúlveda tiene 43 años, está casado y tiene cuatro hijos. Estudió electrónica industrial y en 2001 llegó al Liceo Pablo Neruda haciendo un reemplazo como docente de especialidad. Rápidamente se ganó el cariño de sus estudiantes y compañeros de trabajo, destacando inmediatamente como un líder entre ellos. Por esa misma razón, decidió sacar su título de profesor de educación media técnica profesional con especialización en electrónica.

Que el liceo se adjudicara la instalación de un sistema fotovoltaico con conexión a la red fue un hito que le permitió al establecimiento orientar su currículum en la especialidad de electrónica hacia la energía solar. Gracias a esto, el liceo se transformó un aliado estratégico en el desarrollo de la Ayllu Solar en la región. Actualmente, y gracias a este trabajo colaborativo, en conjunto con la Universidad de Tarapacá (UTA) y Fundación Chile, esta iniciativa ha logrado conformar la Primera Red de Escuelas Solares de Chile, compuesta por 18 establecimientos de la región.

Antes de eso, Sepúlveda y otros docentes del liceo y la UTA tuvieron que capacitarse. Primero en la metodología de ABP, que guía al proyecto, y luego con un curso de coaching para orientar y motivar a los profesores de las escuelas participantes. "No siempre es fácil", comenta el docente. "A veces cuesta encantar a los profesores, que ven esto como 'un curso más'. Yo los entiendo, entiendo que cuesta cambiar el chip, por eso me pone tan contento ver que salen del taller felices, motivados, sabiendo que aprendieron algo que realmente van a poder aplicar en sus salas de clases", explica.

Durante el semestre, Sepúlveda y los otros facilitadores visitan los colegios y apoyan a los profesores en su trabajo, promoviendo una nueva relación de colaboración entre docentes de distintas instituciones. "Uno todos los días aprende cosas nuevas, ya sea haciendo acompañamiento en el aula, planificando… es muy interesante trabajar con otros colegas", dice. Y al final de cada ciclo, agrega "vemos resultados sorprendentes, increíbles aportes que hacen estos profesores y sus estudiantes. Es un desafío enorme hacerlo, y aunque a veces cueste un poco más o un poco menos, los proyectos llegan a buen puerto, lo que personalmente me llena de satisfacción".

Carlos Sepúlveda ha participado del proyecto Ayllu Solar desde sus inicios y es un convencido de que la región debe hacer una apuesta hacia el futuro por la energía solar. "Tanto en el liceo como en Ayllu pensamos que en algún momento Arica va a ser la ciudad del sol, que todos los techos van a tener estructuras solares, vamos a poder generar nuestra propia energía y vamos a tener una verdadera cultura solar", dice.