Nuestra singular esfera azul
Hace sólo unos días, un grupo de científicos italianos dio a conocer el resultado más importante, en el marco de la una de las misiones de la sonda Mars Express de la Agencia Espacial Europea (AEA), luego de que su radar descubriera que en el polo sur del planeta Marte, bajo una capa de hielo habría agua líquida, como un enorme lago salado y subterráneo.
Se estima que éste es uno de los descubrimientos de la ciencia del espacio más importante de los últimos años, puedes que se reconoce en el agua el elemento fundamental para la vida. Y no sólo se trata del ya largo debate sobre la vida fuera de la Tierra, sino que también del sustento para la vida humana, ahora fuera de la esfera azul que nos acoge en el universo.
De hecho, el hallazgo de este lago subterráneo en el planeta rojo ha puesto nuevamente en debate la posibilidad de realizar misiones que en un futuro, permitan incluso la colonización, lo que se vería enormemente favorecido si es que en Marte efectivamente hay agua.
Si bien las agencias espaciales en el mundo tienen de una u otra manera en sus agendas y proyectos la posibilidad de viajar a dicho planeta e incluso, algunas ya se encuentran en un trabajo franco y dirigido hacia dicho objetivo.
Sin embargo, mientras alzamos la vista para observar y pensar en ese enigmático planeta que es Marte, bien vale preguntarnos qué hemos estado haciendo para cuidar este planeta en el que vivimos. Paradójicamente, lo que desesperadamente buscamos más allá de los confines de la Tierra, lo tenemos a nuestra mano y en la cantidad y proporción justa y precisa.
Esta necesidad de salir de la Tierra y al mismo tiempo, de darnos cuenta de lo que nos permite vivir en medio de un universo hostil, debe llevarnos no sólo a reflexionar en el cuidado que le damos a la Tierra, a nuestro entorno, sino que también a qué sería de nosotros si termináramos por destruir nuestro hogar. Dónde iríamos y, por cierto, lo difícil que hoy por hoy sería pensar en vivir en un planeta aún tan cercano como Marte.
Que los sueños marcianos no nos nublen de la realidad que vivimos hoy, con nuestro maltratado planeta.