No, no es la música de Tommy Rey "Un año más "…40-50-60 que quiero comentar sino la ley que rebaja los límites de velocidad permitida en zona urbana de 60 a 50 km/h. Según cálculos de los honorables, disminuirán los índices de accidentes contra ciclistas y peatones. Por supuesto 10 km/h menos ayudan a frenar antes, pero no esperemos que los daños físicos contra las personas sea mucho menor, ya que incluso basta la mitad de esa velocidad para hacer pebre a la víctima.

No tengo duda que conductores respetuosos acatarán la norma, pero me pregunto si ese es el segmento de choferes que produce tantos accidentes?, obviamente hay algunos que andan distraídos , pero el verdadero victimario creo que es el drogado volado y borracho que circula a bastante más de 100 ¿Alguien cree que ese, va a rebajar su velocidad a la mitad por una ley? si muchos ni siquiera portan una licencia vigente, y en muchos puntos donde se produce la masiva ingesta drogo-alcohólica desafían la mínima fiscalización efectiva , especialmente las noctu-amanecidas de fines de semana. Mira si serán patudos… supe que hasta hicieron una protesta contra la autoridad por lo que llaman exceso de control a los carretes playeros.

De seguro que aumentarán los infractores diurnos ya que es bien difícil para el conductor darse cuenta en vehículos modernos si vas en una calle a 60 en vez de 50, podría suceder igual que con los celulares si estás con los ojos en el velocímetro descuidas el manejo y el resultado puede ser peor ¿Donde habría que golpear fuerte? es a la ingesta perniciosa, que produce graves accidentes contra trabajadores en tránsito de sus pegas o esforzados deportistas madrugadores y en la cruda realidad creo que esto solo lo mitigarán con drásticas sanciones que duelan . Utopía sería pensar en modificar hábitos o enseñar otros caminos para pasarlo bien, no soñemos o tendremos un amargo despertar. Conclusión: cuando estás con tus sentidos sanos, no necesitas ley para manejar atento y a una velocidad prudente.

En 2013 irrumpió en las redes sociales una invitación que se transformó luego en un desafío: Harlem Shake se llamaba aquel baile que era liderado por una persona y al que después los demás de un grupo la seguían, con movimientos desordenados y generalmente con algún atuendo divertido.

Comenzaron así a sucederse uno tras otros los "challenges", que se tratan básicamente de desafíos virales que se propagan por la red de Internet. Algunos, en el caso del mencionado Harlem Shake, se hicieron muy populares por su simpatía, la música y por el nivel de participación que consiguieron en todo el mundo.

Sin embargo, con el correr del tiempo, fueron otros los desafíos virales que se propagaron por distintos rincones del planeta, y así como distintos, también fueron sus motivaciones y alcances. Algunos de estos desafíos virales tenían que ver con cuestiones sociales y hasta benéficas, mientras que otros llegaron a transformarse en retos peligrosos que terminaron amenazando especialmente a jóvenes y adolescentes.

Entre los virales que tuvieron más sentido y fueron más replicados, estuvieron el IceBucketChallenge, mediante el cual los usuarios se derramaban agua extremadamente fría para simular, empatizar y llamar la atención respecto de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). En 2014, este desafío movilizó a miles de personas, incluso a famosos.

Pero si como habido virales simpáticos, divertidos, creativos y hasta con un sentido benéfico, existen otros que claramente son peligrosos. Por ejemplo el año pasado se conoció el reto de la Ballena Azul, que consistía en una serie de pruebas que concluyan con un llamado al suicidio.

Hoy, un nuevo capítulo se abre con InMyFeelingsChallenge, que consiste en que una persona se grabe desde un vehículo en movimiento, dejando de lado el volante, lo que a primera vista parece osado o divertido, pero que visto con frialdad, puede ser una enorme irresponsabilidad.

Es muy necesario tener en cuenta qué aporta cada uno de estos desafíos no sólo a las personas, sino que a la sociedad. Algo que considerar antes de tomar atención a estos desafíos, aceptarlos o hasta viralizarlos.