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Seminario de aikido cumplió 10 años

Sin promover la competencia, la disciplina se evalúa mediante sesiones con uno de los dos únicos cinturones negros sexto dan de Chile y este año será por partida doble.
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Mucho han dado que hablar las diferentes disciplinas de artes marciales en Arica, teniendo ya campeones mundiales en Jiu jitsu, los éxitos juveniles del judo o el gran campeonato nacional que se viene en el mes de agosto en el karate; sin embargo, el aikido toma otra faceta, alejada de las competencias y los grandes eventos.

De hecho, el gran evento del aikido ariqueño se trata de un seminario nacional anual impartido por el Dojo Kame Arica, el que deriva su nombre de la palabra japonesa para tortuga, haciendo un homenaje a los quelonios que se pueden ver en Chinchorro. La décima versión del evento tomó lugar el pasado fin de semana en el gimnasio dorado de la Universidad de Tarapacá, donde unas 35 personas asistieron a ser parte de las enseñanzas de la disciplina que impartió uno de los dos cinturones negro sexto dan de Chile: Elson Olea, quien además es el director nacional.

Dedicado a la paz

Según contó Víctor Iturriaga, miembro de la escuela organizadora, el desarrollo del aikido se diferencia de otras disciplinas más competitivas, siendo que en el seminario asistieron practicantes de otros estilos de artes marciales; "el aikido se trata de reducir al contrincante de la forma menos violenta posible, no tiene competencia, la única manera de autoevaluarse es con los seminarios, tiene la dicción de cuidar al prójimo, entonces considera que no es bueno que la disciplina se preste para aumentar el ego", explicó Víctor.

Actualmente el instructor del Dojo Kame es el japonés Koji Yamamoto, quien decidió que para este décimo seminario se realizara en dos ocasiones, uno en julio y otro en enero, ello con la meta de ver en detalle técnicas nuevas, siendo el de principios de 2019 uno de carácter internacional, donde habrán invitados de Tacna; "acá se da una situación especial donde un grupo de estudiantes de Tacna viajan cada fin de semana a entrenar con nosotros; ellos abrieron un pequeño dojo, pero no tienen cinturones negros, así que el sensei Olea decidió hacerlo en conjunto con ellos", indicó Iturriaga.