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"Il siciliano": Crónica extrema de una muerte

Los cineastas José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola regresan con un retrato sin tapujos de los últimos días de Juan Carlos Avatte: "El Rey de las Pelucas".
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Juan Carlos Avatte, el Rey de las pelucas decidió despedirse del mundo frente a una cámara.

El tema de los dobles ha inspirado al cine chileno. En 1976, Carlos Flores Delpino siguió al imitador viñamarino de Charles Bronson (el ya fallecido Fenelón Guajardo, quien se había hecho conocido gracias a "Sábado Gigante") para componer su documental "El Charles Bronson Chileno (o idénticamente igual)" y reflexionar, de alguna manera, sobre la falta de identidad nacional. En "Tony Manero" (2008), Pablo Larraín contó la historia ficticia de un doble local de John Travolta (Alfredo Castro) en el sombrío contexto de la dictadura militar, vislumbrando el arte de la impostura como una forma de soportar el horror del entorno.

"Il siciliano", la nueva película de la dupla de culto José Luis Sepúlveda y Carolina Adriazola (junto al realizador Claudio Pizarro), está llena de dobles. Veremos a Los Beatles, a Julio Iglesias, a Tom Jones y a Sandro, entre otros. Presenciaremos un submundo de imitadores que convive con el de vedettes, chicas de cafés con piernas, cirujanos plásticos, humoristas, artistas en descenso y matones de baja monta. Al centro, como rey de la noche y gran mecenas, está Juan Carlos Avatte, otro artífice del disfraz gracias al imperio de pelucas que logró construir como negocio familiar. Esta vez, sin embargo, su deseo pareciera ser abandonar toda máscara ante la amenaza de la muerte, irse de este mundo rodeado de mujeres, champan y las personas que le demostraron "lealtad" en vida. La cámara intrusa e inquieta de Sepúlveda y Adriazola -cineastas de mirada aguda y fidelidad con el bajo presupuesto- está ahí para narrar la crónica salvaje de una despedida, sin filtros ni concesiones, como es habitual en su cine.

El registro es radical: veremos a Avatte teniendo sexo, disparando con su pistola, sufriendo por amor, ofreciendo declaraciones de principios frente a la cámara o armando fiestas desenfrenadas antes de asistir a misa. Al igual que en las mejores películas de mafia, lo divino y lo mundano parecieran ser ingredientes de la misma ceremonia. Como pasó tanto con el "El pejesapo" (una de las películas chilenas favoritas de Raúl Ruiz, según el mito) como con "Mitómana" y la premiada "Crónica de un comité", nuevamente nos cuestionaremos sobre los métodos que los cineastas usan para llegar tan lejos. La respuesta está probablemente en los disfraces que, al igual que esos dobles del filme, usan para fundir registro y ficción en beneficio de una realidad cinematográfica sin estilizaciones. No es que "Il siciliano" sea una mentira, sino que la presencia constante de la cámara facilita una sobrexposición que, para Avatte, es el medio con el que transforma su vida y muerte en un espectáculo. Lo hace para honrar su linaje siciliano, para no sentirse tan solo, para distanciarse de los seres opacos que pululan por la ciudad, para retirarse de este mundo como si fuese el último de los Corleone.

"Il siciliano" es un documental chileno que narra los últimos días de Juan Carlos Avatte, conocido como el Rey de las Pelucas. La cámara filma un final sin filtros ni concesiones.

PRECIO: $12.900

¿Viajó el hombre a la Luna?

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ADELANTO DE "LA ESTRELLA" - José María Maza Sancho

Muchas veces en charlas públicas de astronomía me han preguntado por la visita del hombre a la Luna. Una difundida versión de las teorías conspirativas postula que el hombre jamás ha viajado allí. Dentro de las teorías conspirativas cabe destacar otras tres: "La Tierra es plana" (y siempre nos han engañado al respecto); "La Teoría de la evolución es falsa" (y por ello no debe enseñarse en los colegios) y "El Holocausto nazi nunca existió" (lo inventaron las potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial). Solo me referiré a aquella idea de que el hombre nunca fue a la Luna ¿Dónde se origina? La verdad es que no lo sé, pero la evidencia es abrumadora en favor de la veracidad de la historia. Algunos dicen que un indicio de montaje es que la bandera que clavó Neil Armstrong en suelo lunar "flameaba". Esto probaría que "había aire" en el lugar, cosa que en la Luna es imposible. Sin embargo, sabemos que la bandera tenía un alambre en su parte superior para que colgara bien. Al clavarla, la estructura del mástil y el alambre osciló y, como no hay aire en La Luna, la bandera se movió por más tiempo que el que lo habría hecho en la Tierra. La oscilación no se disipaba por la falta de atmósfera: es decir, fue la misma falta de aire lo que "hizo" flamear la bandera.

Otro argumento en favor de la teoría conspirativa es que en las imágenes de los astronautas en la Luna se ve un cielo negro y sin estrellas. Pues bien, el rango dinámico de las cámaras era limitado en ese entonces y en la Luna existe tanta luz que las exposiciones estaban calculadas para destacar bien a los astronautas, por lo cual era imposible que salieran estrellas en las fotos (las estrellas son miles de veces más débiles que la luz ambiente en la Luna). Si todo hubiese sido un truco, un montaje, no habría habido problemas en inventar estrellas en un telón de fondo. Pero si el telón de fondo hubiese estado lleno de estrellas, hubiese sido una prueba inequívoca de que todo era falso. Y no hay estrellas de fondo.

Algunos videos de origen desconocido cuentan que el presidente Nixon habría pedido que se grabara en un estudio del cineasta Stanley Kubrick -o en el desierto de Nevada- una simulación de la llegada a la Luna; una carta bajo la manga en caso de que la transmisión televisada hubiese tenido problemas. No se afirma que no hayan ido, tampoco que lo que se nos mostró aquel 21 de julio fue una simulación y no la realidad. Solo se afirma que habría habido un plan "alternativo" por si fallaba la transmisión. Y eso, ¿qué prueba?.

(...) Neil Armstrong y Edwin Aldrin dejaron en la Luna un dispositivo llamado Passive Seismic Experiment Package, diseñado para detectar movimientos sísmicos. En 2011 el instrumento detectó un temblor ocurrido a gran profundidad. El Apolo 11 también dejó unos retrorreflectores para reflejar señales láser enviadas desde la Tierra. Como la órbita lunar es elíptica, con una notoria excentricidad, la distancia a la Tierra varía desde casi 350.000 km hasta 405.000 km. Gracias a este dispositivo la distancia se puede medir con una precisión mayor a un centímetro, y se ha descubierto que la distancia aumenta en dos centímetros al año: la Luna se aleja de la Tierra debido a las mareas terrestres. Estas van frenando lentamente la rotación terrestre, lo que es compensado con un alejamiento de la Luna.

Marte la próxima frontera

Nombre: "Marte, la próxima frontera" (2018)

dónde: Librerías y en www.planetadelibros.cl se puede comprar el eBook por $6.900.