Cuatro niños y seis adultos son los que componen las tres familias que habitan en el número 2153 y una vivienda anexa del pasaje Los Robles, en la Manzana B de la Población Chile, mismo sector residencial que la madrugada de ayer, recibió una pésima visita, gentileza de un conductor que perdió el control del volante.
Poco antes de la una de la madrugada y cuando una de las familias recién conciliaba el sueño, un enorme ruido la despertó desde el living de la casa, luego de que la parte delantera de un Toyota Vitz arrasara con el frontis y luego con el sillón, los cuadros y otros muebles de la vivienda, sin contar el poste, que además provocó la suspensión de suministro eléctrico por unos minutos en el inmueble.
Según la fiscal Érika Romero, todo partió minutos antes en Tucapel, cuando el Toyota conducido por Bismark E.Q.A. (26) impactó un vehículo que supuestamente se encontraba estacionado afuera de un taller para ser reparado.
Ante esto, uno de los afectados tomó su vehículo e inició una persecución contra el responsable, la que continuó por varias cuadras, hasta el mismo lugar donde este último se estrelló contra el frontis del domicilio antes señalado, siendo detenido minuto después por Carabineros.
"Sentimos el puro golpe. Fue enorme, así que cuando salimos a ver, nos encontramos que estaba este joven con otros acompañantes, entre ellos su polola, quien estaba en shock por lo que había ocurrido. Lo concreto es que hace una media hora, el lugar estaba lleno de niños jugando en la plaza del lugar (Guillermo Garay), porque es una plaza nueva y tranquila", explicó Edward Vergara, uno de los moradores del inmueble afectado, quien avaluó los gastos en un millón y medio de pesos.
"Me iban a hacer pebre"
En el control de detención, la fiscal Romero formalizó al imputado de 26 años, donde además se dio a conocer que no contaba con su licencia de conducir, la que había sido suspendida el 13 de octubre del año pasado por una condena por manejo en estado de ebriedad.
Eso sí, en la misma audiencia, el conductor renunció a su derecho a guardar silencio, argumentando que "el vehículo que colisioné no estaba estacionado, sino que estaba en movimiento. Ahí lo golpee, pero cuando ví que tanto el chofer como sus amigos se tiraron contra mí, me tuve que arrancar, porque me iban a hacer pebre", dijo.
Tras media hora de formalización, el tribunal decretó el arresto domiciliario nocturno del imputado, por lo menos hasta 60 días, que es el plazo en que se fijó la investigación.