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Dice que la venta de turrones la mantiene contenta y activa

La comerciante Mafalda Andueza aseguró que en un día bueno logra vender hasta 30 turrones a 1000 pesos por unidad, con lo que logra comprar más mercancía.
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Daniela Rodríguez. - La Estrella de Arica

Muchos en Arica la conocen como "la abuelita que vende turrones" entre la calle 21 de Mayo y Blanco Encalada, pero muy pocos saben su historia. Mafalda Andueza, es el nombre de la mujer nativa de La Serena, y que a sus 77 años se ha dedicado a la venta de turrones de maní en el centro de la ciudad.

Son 50 años los que dice Mafalda que lleva en la región de Arica de los cuales, un par de esas décadas la ha dedicado al comercio. "Tengo tres hijos, dos mujeres y un hombre, y unos ocho nietos ya me han dado, pero varios viven en el sur".

Para su propio sustento, asegura la mujer que vende estas delicias, aunque cuando se refiere a "sustento" no sea precisamente por sus ganancias económicas, sino que más bien para superar su depresión.

"Mis hijos me ayudan y el varón siempre me reta porque no le gusta que yo ande vendiendo cosas, pero la verdad es que vivo sola en mi casa y me deprimo mucho encerrada, así que prefiero salir a la calle", dijo.

El delicioso trozo de turrón con maní, se ha vuelto parte de la merienda de muchos que conocen a la popular "Abuelita" de la 21 de mayo. "La gente dice que prefieren colaborarme a mí y no a los otros que ahora salieron también a copiarme y vender turrones por el centro. Estoy muy contenta porque siempre tengo ventas y con eso compro más mercancía".

Hace un par de meses es que Mafalda decidió retomar su antiguo trabajo, y que hasta ahora dice haberle dado resultados satisfactorios, no solo por las ganancias, sino que también porque ha logrado recuperar el entusiasmo y la motivación de vida. "Durante unos años solo estaba en la casa, porque estoy enferma de la respiración y también me cuesta caminar, pero prefiero hacer el esfuerzo y seguir con mis turrones para ver gente y sentirme bien".

Aunque la satisfacción de la comerciante ha sido mayor que sus dificultades físicas, el agotamiento ya se hacía evidente en la septuagenaria el día de ayer, quien aferrada a su turrón aseguró que no dejaría de estar en la calle Blanco Encalada desde los lunes hasta los días sábados en horas de la tarde.

"En un día malo vendo como 10 dulces, pero en uno bueno puedo llegar hasta 30 turrones vendidos. Estoy acostumbrada a estar con gente y haciendo algo, así que debo seguir con mi trabajo", dijo.

Turrones argentinos

En medio de los tacos que se formaban ayer a más de las 2 de la tarde, la comerciante aprovechaba de promocionar sus productos como " los más ricos turrones argentinos", a pesar de que confesó que particularmente no es amante del maní. "No los he comido mucho porque el maní no me gusta, pero a mis clientes les encanta y lo mejor es que, en grandes cantidades, los logro encontrar a muy buen precio y me quedan más ganancias al final del día", agregó.

Sabemos que nada es eterno en esta vida, pero "la abuelita de los turrones" se ha logrado ganar el cariño de sus clientes, quienes dicen concurrir a las calles Blanco Encalada con 21 de Mayo varios días por semana, solo para adquirir uno de sus ricos productos y ganarse la sonrisa y agradecimiento de la comerciante serenense.