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Elvira Hernández, la poeta desde su ventana

En resumen

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-¿Cómo trabajas los títulos de tus poemas?

-Para mí, el título es parte constituyente del poema; podría ser leído hasta como el primer verso. Tengo una especie de manera automática de escribir. Escribo. Mi primer trabajo respecto de lo escrito es leerlo concienzudamente y ahí, a veces, noto que no se ha dicho todo, que falta y lo que falta, es una o dos palabras; o que se dijo al revés, como si fuera disléxica, entonces hay que encontrarle la ordenación que en efecto es del poema y hace al poema decir, hablar.

-Tu libro se divide por años, como si fuera el sedimento de una escritura.

-Años, meses y lugares son decisiones de autora.

Estos poemas se fueron acumulando en el transcurso del tiempo, en los intersticios que quedaban en medio de otras escrituras. En un momento me encontré hojeando un cuadernillo y luego haciendo memoria, pues también había escrito en hojas dispersas en distintas libretas, agendas, papeles cualesquiera y quise reunirlos. Ahí me di el trabajo de cavilar sobre lo reunido y quise que aparecieran algunas marcas:los años.

-¿Qué observas?

-Aves, la parte grata de este libro. La vida en este período de mi vida me ha hecho sentir como el prisionero de Alcatraz. Y atrapada por este modo de vida reduccionista, que nos reduce a entes virtuales, la ventana -que no es la pantalla-, pero es un lugar que identifico en este encierro y encerrona, por donde se puede imaginar que se sale nuevamente al mundo; se vuelve a él para ver lo que pasa. La observación es permanente para una poeta. Y permanente es también la observación de las palabras como si fueran aves.

Con "Actas Urbe", recopilatorio de sus primeros libros, obtuvo el Premio de la Crítica

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Elvira Hernández es una de las poetas más importantes de nuestro país, publicada también en Argentina y Colombia, traducida al francés e italiano. En "Pájaros de mi ventana" (Alquimia) registra las aves vistas por años con su estilo irónico y contingente.