La Organización Mundial de la Salud reconoció recién en 1992 a la Fibromialgia como una enfermedad crónica. Se trata de una alteración del Sistema Nervioso Central de origen desconocido y que se caracteriza por dolor muscular en diferentes partes del cuerpo asociado a fatiga y cansancio. Afecta más del 1% de la población, en su mayoría mujeres en edad media (30 a 50 años).
Entre los síntomas, se reconocen dolor excesivo y profundo, así como sensación de quemazón, fatiga, rigidez, entre otros. Los síntomas se agudizan por la mañana al despertar y disminuyen durante el día. Es común escuchar a los pacientes referir dolor persistente en cuello, espalda, hombros e incluso intercostal, relacionando la sintomatología con otra afección sin llegar a conclusión alguna. Despertar con rigidez muscular, dolor de cabeza, dificultad para conciliar el sueño, etc, es frecuente en estos pacientes
El diagnóstico se realiza principalmente a través del análisis de los síntomas, examen físico e historial clínico. En ocasiones, se realizan otros exámenes para descartar otras patologías. Por lo general, hay 18 puntos de dolor que se evalúan en el examen clínico, si 11 de ellos presentan dolor, se podría realizar un diagnóstico.
Según los avances en los estudios respecto al manejo efectivo de la Fibromialgia, actualmente el equipo multidisciplinario se involucra desde un punto de vista integral o biopsico social para el manejo y tratamiento de la Fibromialgia, abarcando alianza terapéutica efectiva, educación, farmacoterapia como antiinflamatorios, relajantes musculares, ejercicio físico como natación bicicleta, terapias psicológicas y conductuales, y terapias alternativas, las que han demostrado una gran mejora en la calidad de vida de nuestros pacientes.
Pamela Carcamo
Académica Facultad Enfermería
U. Andrés Bello