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"Le hemos abierto la puerta al demonio"

Sacerdote exorcista, Luis Escobar, de visita en una parroquia de Arica, aseguró que "han aumentado los casos de poseídos".
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Los exorcismos han dado pie a varias comentadas películas de Hollywood, pasando casi a ser un nuevo género del terror, pero más allá de la pantalla, los sacerdotes exorcistas existen y siguen ejerciendo su labor.

Uno de ellos es el sacerdote chileno Luis Escobar (60), nacido en su casa de Rosario, un pueblo cercano a Rancagua en el seno de una familia de 9 hermanos, siendo el único que abrazó el sacerdocio.

El padre Escobar fue invitado por el grupo de oración "Yo soy", perteneciente a la Renovación Carismática Católica, el cual se reúne los sábados en la parroquia San Ignacio (a un costado del ex-Epicentro 1).

Sobre tan particular oficio, explica que "la presencia del demonio hoy en nuestra sociedad es algo real y según la doctrina de la Iglesia es un ángel caído que se rebeló contra Dios y que se miró a sí mismo encerrándose en su odio y soberbia. Y el exorcismo debería quedar en el género del amor, porque es una experiencia de amor donde Dios se manifiesta con toda su misericordia".

Lo que desea el demonio

- ¿Qué pretende hoy el demonio en nuestra sociedad?

- Lo que busca es destruir al ser humano, porque lo odia y el mal que genera el demonio es irracional, no tiene explicación lógica, y hoy reina y hace mucho daño, le hemos abierto las puertas. San Agustín decía que el demonio es como un perro amarrado a una cadena, pero que si no nos metemos en su terreno no hay nada que temer, el problema es que la sociedad se fue justo a ese terreno.

- ¿Cómo explica o fundamento esto?

- Han aumentado los casos de poseídos, de gente oprimida, obsesionada y estamos en una sociedad que busca el placer por el placer; hoy el ser humano es una cosa, porque las cosas fueron creadas para ser usadas y las personas para ser amadas, pero hoy es todo al revés. Las personas son usadas y las cosas amadas, y tenemos la experiencia de tantos ancianos abandonados por sus propios hijos, lo que acusa una sociedad que se está descomponiendo.

- ¿Cómo enfrenta la modificación a los métodos de exorcismo que dio a conocer en su oportunidad, el obispo Jorge Medina, prefecto de la Congregación del Culto Divino?

- En la iglesia siempre han existido los exorcistas, función delegada por el obispo diocesano y las modificaciones se acogen, pero lo que importa es el fin y no tanto el medio. Lo fundamental es distinguir entre una posesión y una enfermedad.

Formación

- ¿Cómo se formó como exorcista?

- A pulso, no he ido a cursos, pero sí a congresos en México, porque en el fondo el exorcista se hace con el tiempo con la experiencia. Las posesiones existen y eso se llama la manifestación extraordinaria del demonio, donde toma posesión del cuerpo de la persona, pero porque también puede actuar desde afuera, puede infectar una casa, obsesionar.

- ¿Qué casos lo han impresionado?

- Bueno, una persona poseída no podía pronunciar el nombre de Jesús, cuando se lo pedía y le apretaba la mano, ya que el nombre del Señor es poderoso ante la presencia de las fuerzas del demonio.

- ¿Cree que el demonio interviene en destruir lo valórico?

- Hoy ya se está hablando de eutanasia, de una ideología de género donde se quiere permitir a niños de 12 años que cambien de sexo, donde los políticos están preocupados de este tipo de cosas y no de lo que le pasa a la gente. En concreto me refiero a que tenemos la droga como el gran flagelo que está destruyendo la vida de miles de jóvenes; hay personas que mueren en listas de espera, porque no hay recursos, pero sí están preocupados del aborto, de la libertad de conciencia, pero no de lo que le está pasando a la gente.

- La Iglesia se ha visto sacudida por los casos de abusos sexuales de algunos sacerdotes, ¿eso ha alejado a los fieles?

- Hoy tenemos una baja tremendamente fuerte en la credibilidad de la Iglesia Católica, más que en la adhesión, porque uno ve que los templos se llenan igual, pero hay un descenso considerable. A su vez ha aumentado el ateísmo, que en América es de un 4 por ciento, pero en Chile llega a un 17 por ciento donde se cree que el hombre puede resolver todo. Creo que ha influido el tema de los abusos y el hecho que se habla sólo de las cosas malas de la iglesia. Y qué pasa con lo bueno, lo que hacemos en las cárceles, en las poblaciones, los que cuidan enfermos de Sida. Esto causa, además, que se nos quiera quitar autoridad moral para hablar de temas valóricos como son los que han estado tratándose en nuestra sociedad.