A pesar de las carencias, la pasión es más fuerte y siguen tras el sueño de llegar a jugar en las grandes ligas
Aunque reconocen que el subcampeonato de Copa América en La Serena es un avance, jugadoras ariqueñas revelan la pobreza franciscana de recursos con que desarrollan su pasión.
Acomienzos del 2010, en canchas de tierra de la Asociación Morro de Arica de avenida Azolas con Loa, surgió el fútbol femenino en la región, donde con clubes como Likantatay, International Rags, Master Junior, la UTA y algunos colegios se desarrollaba un campeonato a puro pulso.
Sin embargo, la falta de apoyo derivó en que esto desapareciera y sólo el club Master Junior, con su entrenador Raúl Figueroa, siguieron como quijotes del fútbol damas, participando con sus propios recursos en torneos nacionales y de verano con fútbol playa.
En la actualidad, las que mantienen viva la llama del fútbol femenino en Arica son las integrantes de las series Sub 17 y adultas de San Marcos, y la Liga Arica, aunque ésta última es de fútbol 7 recreativo, sin proyectarse al profesionalismo.
En este camino, los sacrificios se reflejan en que tienen que conseguirse las canchas para entrenar, la ropa deportiva la compran ellas mismas para los entrenamientos y cuando juegan los torneos, usan equipamiento prestado de las cadetes masculinas.
Para los viajes a torneos donde son invitadas, sólo cuentan con la estadía y los apoderados deben costear los pasajes o hacer actividades para juntar el dinero.
Katalina Arias Núñez, de 21 años, jugadora que se inició en Master Junior y que en la actualidad defiende los colores de San Marcos de Arica, plantea que "el despegue del fútbol femenino se puede dar con la oportunidad que tuvieron las chicas en La Serena por la selección, pero las regiones, como la nuestra, están alejadas de eso, porque el centralismo se pudo ver ahora, ya que casi todas las jugadoras de la Roja son de Colo Colo o están en equipos del extranjero".
Según Katalina, "nunca vamos a llegar al nivel del fútbol de los hombres, pero con estas transmisiones de la Copa América se pudo ver que hay calidad y nos sirvió para ser más consideradas".
La jugadora, que en la cancha ocupa la posición de lateral derecha, aspira a llegar al fútbol profesional, pese a que opina que todavía existen prejuicios respecto a que las futbolistas serían "amachadas... pasa en todos lados, por lo que se va a demorar en cambiar la mentalidad".
"Todas estamos trabajando para tener una posibilidad en un buen club y me gustaría empezar acá donde nací", concluye.
Orgullo gigante
En Arica también hay jugadoras que integraron selecciones nacionales, como el caso de la portera Salma Aguirre Orellana.
"Conocí al profesor Víctor Farías, el que me empezó a entrenar como arquera y el año 2015 me llamaron a una prueba por la selección chilena, lo que para mí era uno de mis sueños.
Fui a Santiago y quedé, por lo que me fui a vivir para allá a entrenar y ganarme un cupo al sudamericano (sub17). Fue un orgullo gigante y aunque no jugué todos los partidos, me quedó una experiencia muy bonita de todo el proceso".
Allí conoció incluso a la arquera Christiane Endler de la actual selección subcampeona de América, de la cual opina que "es una persona súper humilde que apoya mucho a las compañeras, una gran arquera y capitana".
La portera ariqueña, que estudia cuarto medio en el Liceo Pablo Neruda, destaca la importancia que se le dio a la reciente Copa América y considera que "este torneo y la actuación de Chile fue un gran paso para que se abran más puertas a las futuras generaciones. Lo que falta para surgir acá en Arica sería más apoyo económico y en todo sentido, ya que las jugadoras siempre costean lo que deben gastar en cada viaje. También faltan profesores, que sea algo profesional, con un plantel completo, kinesiólogos, etc., y no nos olvidemos del fútbol amateur y empezar a hacer las cosas bien y tomarlas en serio".
Hasta repitió
Maira Vidal (20) es otra ex seleccionada nacional que empezó a jugar fútbol a los 12 años y lo hacía con hombres en su población.
Valdiviana de nacimiento, jugó como profesional en la Universidad Austral de Valdivia y en Deportes Temuco, antes de llegar a la ciudad de la Eterna Primavera.
En su caso, integró la selección sub 17 durante dos años y la Sub 20 un año, pero "allí estuve poco tiempo por un problema de recursos, ya que en Santiago no tenía familia y debía viajar todas las semanas, dejando muchas cosas de lado y al final, sacando cuentas de lo que yo esperaba en la selección chilena, no fue tan satisfactorio".
Maira compartió cancha con varias de las seleccionadas subcampeonas de América, como Karen Araya, y Francisca Lara. "Ellas llevan trabajando muchos años y tienen una gran base, porque el año pasado salieron a jugar al extranjero y eso las lleva a tener una experiencia que ahora permite lucirse al fútbol femenino", comentó la delantera.
En este difícil camino se sintió apoyada por su familia.
"Las dificultades pasaron por el tema económico y por mi colegio, que aun con las cartas enviadas por la ANFP, me dejó repitiendo por inasistencia cuando estuve en la selección".
Su pasión por el fútbol no tiene explicación, relata y a pesar de la pobreza franciscana del fútbol de regiones, sigue adelante.
Sacrificio
Tamara Ardiles (18) antofagastina, que llegó a los 8 años a Arica, también integra San Marcos y opina que "el hecho que la gente llenara un estadio en La Serena, hiciera filas para entrar, eso es una satisfacción enorme, porque esto es un trabajo silencioso".
Tamara reconoce que el sacrificio es la tónica en regiones y en Arica no cuentan ni con equipamiento para entrenar, tienen que costearse los pasajes para llegar a la cancha y ni pensar en un sueldo, aunque esto debiera cambiar el próximo año.
"El apoyo es escaso, a veces prometen muchas cosas, pero no se llega a nada, y esto es sacrificado, porque muchas estudian o trabajan y los tiempos son limitados", reveló.
La mano al bolsillo
Siguiendo el ejemplo de cracks del ex Deportes Arica, Elizabeth Díaz Núñez (25) se interesó en el fútbol por su tío, Carlín Díaz, figura de la celeste y de la Universidad Católica en el fútbol profesional.
Ella empezó a jugar con hombres en el estadio Carlos Dittborn en el club Colo Colo, hasta los 12 años, y luego se integró a Master Junior con el entrenador Raúl Figueroa, el mismo que dirige hoy las series Sub 17 y adulta de San Marcos.
En estos años ha podido ver que "cada vez hay más mujeres en el fútbol, porque antes las niñas jugaban en los equipos de hombres y eran pocas. Ahora se pueden ver más clubes a nivel nacional y más todavía con esta actuación de la selección femenina".
Sin embargo, tiene claro que en la zona norte hay poco apoyo y recursos, y en cambio en Santiago "tienen preparadores físicos, y todo, mientras que acá, por ejemplo, si queremos viajar hay que sacar de nuestros propios bolsillos".
Yerezim Jiménez Hidalgo (15) juega desde los 12 años, cuando empezó en el barrio Punta Norte y en el colegio "Cardenal Raúl Silva Henríquez".
Mediocampista de posición, la joven futbolista que admira a Gary Medel, cuenta que "mi familia me apoyó en todo cuando dije que deseaba jugar fútbol".
Ella reconoce que "todavía hay gente, incluso niñas que ven esto como algo masculino, pero me gustaría llegar al fútbol profesional, aunque es complicado, porque en la actualidad tenemos que costearnos todo".
Eso sí, destaca que en el club (San Marcos) "somos como una familia, todas nos apoyamos y cuidamos".
Viene el futbol profesional
Las esperanzas de estas jugadoras están puestas en que el fútbol profesional llegue el próximo año. Raúl Figueroa, entrenador de las series sub 17 y adultas de San Marcos, confirma que esto debería ser así, pero ignora cómo se financiarán los sueldos que deberán percibir las jugadoras del equipo adulto, porque las menores funcionarán igual que los cadetes masculinos.
Carlos Butrón, dirigente de la Corporación Deportiva San Marcos de la cual dependen los cadetes y el fútbol femenino, expresó que está garantizado el solventar los viajes de las jugadoras, pero "en cuanto a sueldos no se consideraría a las regiones extremas en principio y serían las de la zona central las primeras beneficiadas".
Así y todo, Figueroa, pionero del fútbol femenino en la parte técnica en Arica opina que "esto de la Copa América debiera ser el puntapié inicial para empezar a mejorar las condiciones en que juegan las niñas".
"Illapu" Figueroa, como le dicen sus niñas jugadoras, señala que "los que llevamos bastante tiempo en esto, vemos algunos avances como el hecho que se igualarán los pagos para los viajes de las jugadoras con lo que se gasta en las cadetes varones".
Sin embargo, reconoce que "todavía estamos lejos, en cuanto a implementación, nosotros no tenemos muchos balones, petos, casi nada y sólo la voluntad".