Lo irreconocible que se encontraba la parte superior del cuerpo de un cadáver hallado por Carabineros del Retén San Miguel, obligó al fiscal de turno a ordenar que la Brigada de Homicidios (BH) y el Laboratorio de Criminalística de la PDI llegaran hasta el kilómetro 29 del Valle de Azapa, para determinar la identidad de la víctima fatal, en un atropello, cuyo, al parecer, único testigo mencionó vía telefónica que ocurrió a eso de las 3 de la madrugada de ayer.
El llamado
Pero la historia comenzó a partir de ese llamado, por lo que los uniformados se dirigieron en el vehículo policial a comprobar el hecho.
Ya casi al llegar, al sitio del suceso, y ante la escasa visibilidad a esa hora de la noche en el sector, los uniformados se toparon de frente en su carro policial con el cuerpo, lo que hizo que el conductor realizara una maniobra que los dejó a un costado de una acequia, con daños en la parte delantera, aunque nada de gravedad.
Fue ahí que constataron que la llamada apuntaba a un accidente de tránsito con resultado de muerte, lo que obligó a los funcionarios a cercar el sector hasta el peritaje de rigor por parte de la PDI y de la Siat.
"Recibimos el mensaje del fiscal de turno cerca de las 4 de la madrugada, alertando acerca de un cuerpo sin vida en la calzada. La pericia nuestra se abocó en determinar las razones del fallecimiento, la que finalmente determinamos por traumatismo cráneo encefálico a causa de atropello, aunque también nuestro trabajo consistió en determinar la identidad de la víctima fatal, la que hasta ese momento, y por las características de su muerte, era casi irreconocible", explicó el subprefecto Carlos Bartheld Loayza, jefe de la BH.
Ya con los antecedentes en mano, la víctima fue identificada como Rubén Mamani Atahuichi, de 29 años, de nacionalidad boliviana, aunque con residencia en Arica, cuyo cuerpo fue derivado al Servicio Médico Legal, para su necropsia.