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Exterminadores cuentan sus anécdotas de una lucha sin fin

Con más de treinta años en el rubro, la familia Ríos continúa dando batalla contra baratas, garrapatas y ratones, entre otros.
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Paulina Ríos, es ingeniera en Prevención de Riesgos, pero con el tiempo logró certificarse como técnico aplicador en Control de Plagas, para sumarse a la empresa familiar que su padre, Carlos Ríos, inició el año 1979.

Desde esos años hasta ahora las plagas en la ciudad son las mismas, pero el prejuicio de la comunidad hacia esta actividad ha cambiado, comentaron los Ríos.

"Antes era terrible tener que fumigar la casa, porque la gente te miraba feo y te calificaba de sucia. Pero con el tiempo eso fue quedando atrás. Porque el concepto ha cambiado y las familias se preocupan más de realizar este tipo de mantención", dijo Paulina.

En esos años las familias debían abandonar sus casas por dos días, para que el producto surtiera un buen efecto.

Hoy, en cambio, el proceso es más rápido y toma un día, dependiendo del tipo de plaga y del producto que se aplique.

La experta

La mayoría de las veces que solicitan el servicio, Paulina comenta que la gente se sorprende al ver que una mujer es quien llega a acabar con su problema. "Al principio me miran raro, pero cuando ven que comienzo a instalar los equipos y a ponerme mi traje, la gente va cambiando de parecer y se convencen de que soy la experta", relató.

Con más de 30 años en el rubro, su padre Carlos Ríos, ha visto pasar un millón de plagas, varias de ellas rebeldes, pero no invencibles.

"Las baratillas, por años han sido duras de matar, por eso es importante conocer su comportamiento y en especial su ciclo reproductivo, porque hay que eliminar hasta los huevos", contó la hija de Carlos Ríos.

Los lugares que más frecuentan las baratas son las partes traseras de refrigeradores, microondas y artefactos que emanen calor. Por eso los especialistas recomiendan limpiar esos espacios con frecuencia.

El ranking

En el ranking de plagas que afectan a la ciudad, lideran las baratas, seguidas por las garrapatas y los ratones.

"Hasta el restaurante más elegante de Arica ha necesitado de nuestros servicios para eliminar algún tipo de plaga, porque de afuera se ve muy limpio, pero por dentro son otra cosa. Por eso ahora cuando me cuentan que fueron a tal lugar, empiezo a recordar todo lo que he visto", contó Paulina Ríos, que evita dar nombres de locales, por evidente secreto profesional.

"Son tantas las cosas que uno ve en este oficio, que a veces se olvidan, pero recuerdo la vez que mi padre contrató a un joven que aseguró no tener miedo a las plagas, pero la primera vez que lo mandamos a desratizar, un ratón ingresó a su ropa y el joven quedo tieso. Fue muy chistoso, porque no reaccionó y tuvimos que ayudarlo. O la vez que unos pericotes atacaron a mi padre y lo mordieron en el cuello. Entonces son cosas que pasan a pesar de contar con la implementación necesaria", comentó.

En cuanto a las garrapatas, Ríos indicó que es una plaga que se encuentra en la mayoría de las poblaciones de Arica. Al igual que los ratones o guarenes, que siempre están ahí. O las palomas que a veces nos piden eliminar, pero para eso hay que pedir permiso de las entidades correspondientes. Porque no es llegar y matarlas", relató.

A veces el tema de las plagas se torna tan molesto, que ni los buses interprovinciales se salvan, por eso en más de una ocasión han tenido que fumigar las máquinas para eliminar a roedores, baratas y chinches. Incluso hasta en el penal de Acha deben fumigar de vez en cuando. Trabajo no les falta.