Cumplimientos en carne propia
A casi una semana del final de los alegatos orales en el marco de la demanda marítima instalada en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, aún quedan rondando los insistentes dichos bolivianos respecto de los supuestos "incumplimientos" de Chile respecto del tratado de 1904.
Claramente estas afirmaciones se alejan dramáticamente de la realidad que enfrenta especialmente nuestra ciudad, Arica. Fue el mismo alcalde Gerardo Espíndola quien, en su estilo, declaró con franqueza que nuestra ciudad no solo sabe del cumplimiento del tratado, sino que sufre día a día sus consecuencias.
Estas consecuencias se notan, por ejemplo, en la presencia constante de camiones que se ven en las calles de la ciudad. No se discute, sin duda, la presencia de estos vehículos y su tránsito por Arica. Este hecho es un claro signo de dinamismo económico y cumplimiento de Chile de sus compromisos internacionales. Lo que sí se discute es la imprudencia con la que algunos conductores de estos camiones, se desempeñan en el sistema vial ariqueño.
Se lamenta también el basural en el que algunos conductores de estos vehículos han convertido la zona del Parque Nacional Lauca. Botellas con orina, papeles, restos de comida y los más diversos desperdicios mecánicos, son posibles de encontrar a lo largo de la ruta que atraviesa una de las zonas de mayor valor ecológico y patrimonial para nuestro país. Un tema que también nuestras autoridades han denunciado, pero resistido de manera estoica, en silencio.
Más allá de las cifras que objetivamente hablan de que más del 80% de las cargas que se movilizan por el puerto de Arica son bolivianas; de las inversiones viales en carreteras y en el ferrocarril que ha hecho Chile; o de las obras tendientes a facilitar la labor del transporte boliviano en nuestra región. El caso es que hay impactos cotidianos de los cuales se hizo cargo el alcalde ariqueño al afirmar que nuestra ciudad sufre en carne propia el cumplimiento chileno del tratado de 1904.
Son realidades que seguramente serán parte de los argumentos chilenos, cuando se tenga que confirmar que nuestro país ha cumplido con creces con aquello que hace más de un siglo comprometió.