Con arcilla lluteña él da forma a mini campanarios
Eduardo Ossandón lleva 33 años trabajando con este material y asegura que no aspira a jubilarse del oficio. En el futuro, espera crear una línea de joyería de cerámica.
Daniela Rodríguez - La Estrella de Arica
L a arquitectura altiplánica en arcilla ha sido la pasión de Eduardo Ossandón Pizarro durante los 33 años que lleva en el Poblado Artesanal y quien además aseguró que le ha dado el reconocimiento y valoración por parte de la comunidad.
El ceramista nos cuenta que inició su trayectoria en los años 80, cuando empezó a trabajar en un taller de cuero que estaba ubicado en el poblado.
"Justo al lado de donde yo trabajaba se encontraba un taller de cerámica y allí conocí la arcilla, te juro que fue amor a primera vista porque me encantó y de allí en adelante me dediqué con un amigo sobre todo a la arquitectura altiplánica".
Los campanarios de iglesia son parte de la arquitectura real de la zona, por lo que el artesano prefiere trabajar su estructura en miniatura para reflejar la identidad de la región norte del país.
"Los campanarios reflejan una mezcla entre lo pagano y lo religioso. El campanario como tal representa el hombre y la iglesia a la mujer, por eso va más allá el crearlos en miniatura porque es toda una investigación que va con nuestras raíces y que vale la pena mantenerlas vivas".
Arcilla de lluta
Desde buscar la arcilla hasta crear los finos detalles termina siendo un trabajo que podría durar un par de meses, de acuerdo a su complejidad. "Nosotros buscamos la arcilla en el lecho del río Lluta, la lavamos y la purificamos, transformamos en masa y a partir de allí empezamos a trabajar la figura, la cocemos en un horno a leña, luego la pulimos. Como en esta zona tenemos buena arcilla, podemos hacer un mejor trabajo y sus acabados más perfectos".
Entre los mil pesos y $45.000 se logra adquirir una de estas creaciones, en el taller número 7 del Poblado Artesanal.
"Todo es artesanal, su pulido, prensado, detalles, puertas, ventanas y demás cosas pero no nos quejamos porque son buenas las ventas ya que tenemos una cartera de clientes por considerar que hacemos trabajos que representan a la región", aseguró.
A sus 45 años, Eduardo asegura que tiene muchas metas de trabajos que espera perfeccionar para aumentar su cartera de clientes. "La verdad es que uno siempre tiene objetivos para desarrollar y quiero hacer otras esculturas referentes a la arquitectura altiplánica pero con diferentes materiales. Lo que más me motiva es en el futuro poder evolucionar en el tema y crear una línea de joyería con cerámica que estoy seguro que marcará la diferencia".
De lo que también estuvo seguro el ceramista, es que no aspira renunciar a los trabajos artesanales por considerar que son parte de su pasión.
"No concibo la idea de jubilarme porque esto es lo que me encanta. Imagínate que en los 33 años que llevo trabajando con la arcilla, solo una semana me he tomado de vacaciones y siempre pensando en mis obras. He podido conocer todo Chile, muchas personas y mantenerme gracias a esto así que más bien espero enseñar a otros a trabajar con estos materiales de la región", acotó Eduardo Ossandón.