Salvador Salinas no tiene límites para triunfar
Desde muy niño, Salvador Salinas Aránguiz-Acuña (14) ha sentido pasión por la escalada, un deporte que estará presente en las próximas olimpiadas de Tokio 2020.
Salvador se integró a la escalada a los ocho años. Empezó a competir en el Campeonato de Escalada Escolar en 2012, año en el que obtuvo una muy destacada participación en categoría peneca.
El 2013, por motivos de trabajo de su familia, llegó a vivir a Antofagasta, donde continuó escalando en el único muro existente, en la Universidad Católica del Norte. Sin embargo ha tenido dificultades, dado que la rama de escalada de la UCN no corresponde a un club de escalada sus objetivos son más bien recreativos, no cuenta con un entrenador y la disponibilidad de la infraestructura está supeditada al cronograma de las actividades universitarias.
La distancia lo separa de un entrenamiento regular con jóvenes de su edad y también de los principales circuitos competitivos de la escalada nacional. A pesar de estos inconvenientes y de un año 2013 bastante escaso de logros competitivos, el año 2015 logró repuntar y finalizó 3º en la categoría Juvenil C en el Campeonato Nacional.
El año pasado participó del proceso selectivo para conformar la Escuela Selectiva de Escalada, organizada para enfrentar los próximos desafíos internacionales, apuntando para Tokio 2020. Salvador tiene amplias proyecciones, pero también dificultades que restringen su despegue, como no contar con un entrenador en Antofagasta dijo el deportista.