Las declaraciones del otrora ex candidato presidencial y actual senador, Alejandro Guillier, referente al intercambio de territorio con Bolivia no sólo dan cuenta de un actuar tanto demagógico como irresponsable, sino que además rayan completamente en lo irresponsable toda vez que el próximo 19 de marzo se llevarán a cabo los alegatos en la Corte de La Haya. Cuando Guillier, que además integra la comitiva nacional que estará presente en Holanda, comete este tipo de torpezas, que han sido criticadas desde todos los sectores políticos, no cabe más que entender el acierto que tuvieron las chilenas y chilenos de no haberlo elegido como presidente, propinándole una de las derrotas más estrepitosas a la izquierda chilena.
Nemesio Bolaños, un mártir olvidado
Eran tiempos de la juventud y del servicio militar obligatorio. Nos correspondía en el Regimiento Telecomunicaciones de Iquique. Fueron dos veranos bien movidos y aporreados, parte de la formación.
Entre los reclutas ariqueños, estaba Nemesio Bolaños Flores (Q.E.P.D.) Pasó el inexorable tiempo, era verano, me encuentro con Nemesio. Recién egresado de profesor de educación física, apropiado por sus dotes. ¿Qué vas a hacer? Me voy en marzo, a Coyhaique. ¿Tan lejos y el frío?, le consulto. Estoy acostumbrado, no olvides que nací y me crié en Socoroma, estoy preparado.
Sus útimos días de vacaciones. Retornaba junto a sus amigos socoromeños, de una fiesta, era la despedida, tarde por la madrugada, por calle Rómulo Peña. En la esquina un grupo de muchachones, empiezan a insultarlos, con frases racistas. Nemesio, se regresa y los enfrenta. Derriba a uno, dos de estos ofensores, debía correr, porque eran mayoría. Por la madrugada, retornó a su casa. Lo esperaban y lo ultimaron cobardemente.
Nemesio, es un mártir olvidado. Joven profesional aymara, digno y valeroso, entregó su vida en forma digna, defendiendo su etnia e ideales y es un ejemplo. Lo tenemos presente, en nuestros recuerdos.
Humildemente, sugiero que el Gimnasio del pueblo de Socoroma, construido por sus propios vecinos, con sus recursos, lleve el nombre de tan digno socoromeño, profesional que nos honra.
Rodrigo Durán Guzmán
Sergio Vásquez Ochoa