Son consideradas como una de las cosas más extrañas que son encontradas en los controles al interior de equipajes de un algún pasajero. Estamos hablando nada menos que de un cráneo humano.

Ayer, en horas de la mañana en el Control Fronterizo de Chacalluta, una estudiante de odontología intentó ingresar al país un cráneo sin contar con la documentación ni los permisos sanitarios correspondientes para su trasladado.

Ante este hallazgo, el fiscal de turno instruyó diligencias a la Brigada de Homicidios de la PDI. Según los antecedentes de la investigación se trata de una mujer de nacionalidad peruana con residencia definitiva en Chile, quien llegó al Complejo Chacalluta en su auto particular y al revisar su bolso encontraron el cráneo humano.

Los detectives de esta Brigada Especializada lograron determinar que esta mujer identificada con las iniciales F.C.L. era estudiante de odontología en Tacna y que utilizaba este cráneo con fines de estudio.

Según la declaración de la mujer había adquirido el cráneo en la universidad donde estudiaba. Fue detenida por el delito flagrante de infracción Art. 322 del Código Penal luego quedó en libertad citada a declarar a la Fiscalía.

Un nuevo método para ingresar droga al país quedó al descubierto por Carabineros, ya que uno de los burreros que era el encargado de alertar la llegada de un carro policial, su radio se quedó sin batería por lo que no pudieron huir siendo encontrados en plena pampa cerca de la frontera con el Perú, tres ciudadanos colombianos escondidos con trajes de mimetismo en la arena. Carabineros logró incautar un total de 83 kilos 553 gramos de marihuana elaborada.

Formalización

Ayer, el fiscal Luis Soriano formalizó a cinco personas: una mujer de nacionalidad chilena y los cuatro colombianos. Todos fijaron domicilio en la Población Cerro Chuño.

El persocutor expuso que los imputados fueron sorprendidos a eso de las tres de la madrugada en la Quebrada de Escritos de la Ruta 5 norte, a pocos minutos del Complejo Fronterizo Chacalluta; estaban en el suelo vestidos con ropa de color ocre para camuflarse en la arena. Todos portaban una mochila que al ser revisada cada una mantenía en su interior 20 ladrillos con droga.

Según lo que señaló el fiscal en la audiencia, uno de los imputados declaró y habría reconocido que le ofrecieron más de un millón de pesos para ingresar droga caminando por la frontera y tenía que ir a buscarlos una mujer en un auto Honda Fit color celeste.

Como cada uno de los imputados tenía un rol específico, el encargado de avisar al resto la llegada de un carro de carabineros, estando en un punto específico, su radio se quedó sin batería por lo que no pudo alertar al resto de la presencia policial, terminando todos detenidos.

El fiscal solicitó al Tribunal la cautelar de prisión preventiva. El funcionario expuso que uno de los imputados registra una condena del 11 de octubre por el delito de robo con violencia y su pena fue sustituida con la expulsión del país.

Otro de los detenidos, el chileno, estaba con el beneficio de libertad vigilada por tráfico de drogas. El defensor público Sebastián Arévalos se opuso a la cautelar; señaló que sus representados fueron contratados por un tema de contrabando y desconocían el tráfico. La jueza Paulina Zuñiga decretó para todos la prisión preventiva.

Por el delito de robo con intimidación fueron formalizados ayer, un adolescente de 17 años y un sujeto de 26. Ambos quedaron privados de libertad por ser considerados un peligro para la seguridad de la sociedad.

Según los antecedentes expuestos en la audiencia, el hecho ocurrió a las seis de la mañana, cuando la víctima de 23 años, salió de su casa a dejar a su amigo, cuando vio que en la esquina de Cotacotani con Río Lluta de la Población San José se encontraban los dos imputados junto a otros tres sujetos, pero al devolverse a su casa, fue interceptado por el grupo. Según la víctima uno de ellos le puso un cuchillo en el estómago, otro portaba un palo y otro lo intimidó con un arma de fuego. Uno de ellos le gritaba "pasa la plata y el celular"; al verse acorralado entregó 40 mil pesos y su teléfono, avaluado en 125 mil pesos, huyendo todos del lugar.

Como la víctima puso la denuncia del robo a la PDI, cerca de las 10 de la mañana los detectives fueron al lugar del asalto encontrando al grupo de jóvenes en la misma esquina, quienes al ver la presencia policial huyeron del lugar, incluso uno de ellos arrancó por los techos de las viviendas. Los detectives lograron detener al menor J.A.I. y a Gustavo Quinteros. Ambos fueron reconocidos por la víctima y cerca del domicilio de uno de los imputados encontraron el teléfono celular que le habían quitado.

El fiscal Luis Soriano expuso que el imputado Quinteros Ramírez registra condenas de porte de arma de fuego del 2014 y el menor una condena por robo con violencia del 2017 la cual estaba cumpliendo con libertad asistida.