Derribando mitos y límites sociales Historias de mujeres que lograron romper la brecha de sueldos y salir adelante
Con mucho esfuerzo estas ariqueñas han llegado a ganar lo mismo que los varones y en algunos oficios que antes eran territorio masculino.
Ellas han sabido demostrar que pueden salir adelante gracias a sus capacidades, responsabilidad y esfuerzo diario en oficios que normalmente son desempeñados por varones, rompiendo la barrera como mujeres independientes en lo económico con sueldos o ingresos iguales o superiores a sus pares.
Es el caso de Elia Silva Fernández, quien se desempeña desde hace 18 años manejando un taxi colectivo de la línea 16, lo que le ha permitido sustentar a su familia compuesta por dos hijos, dado que ella es jefe de hogar.
Según cuenta nunca pensó que iba a trabajar en este oficio y "todo pasó porque un amigo tenía un auto (colectivo) con un chofer que le causaba muchos problemas y mi compadre me decía que sacara licencia, pero yo no me veía manejando colectivo".
Luego, sacó una licencia al dar los cursos profesionales y su compadre le pasó las llaves de su primer colectivo, empezando una larga historia que no ha parado y le ha servido como sustento de vida.
Elia trabajaba antes como ayudante de cocina y al convertirse en colectivera dio un salto importante en sus ingresos y calidad de vida, ya que revela que "las mujeres somos mejores administradoras y no tenemos dos casas como les pasa a algunos colegas".
Pero también cuenta que nada fue fácil porque "antes había como una guerra entre micreros y colectiveros por el precio de los pasajes y justo yo me inicié en esa época, pero salí adelante y con más de un sueldo mínimo la mujer hace maravillas".
Recuerda, además, que el oficio de colectivera era más reservado para hombres, pero eso cambió y ahora hasta forma parte de la directiva de la línea.
Afirma que en su trabajo de colectivera nunca ha tenido rencillas o algo parecido con sus colegas y cero accidente con sólo dos partes por mal estacionamiento.
"Nunca me he palabreado con los colegas, porque eso va en la persona, porque si alguien dice algo y se responde, todo depende de uno", recalca.
El oficio de taxista tampoco le representó problemas para cumplir con su doble rol de dueña de casa y trabajadora. "Uno se hace el horario, y no hay mayor complicación, ya que vivía con mis dos hijos al estar separada, y lo único es que se me iba olvidando cómo cocinar y era más práctico comprar", relata.
Desde pequeña
Nora Bertini Salas (60), de niña conoció el oficio de trabajar limpiando y vendiendo pescados porque su padre tenía ese trabajo a comienzos de la década de 60, luego de llegar a Arica desde Santiago.
"El me llevaba a la pega porque no tuvo hijos (varones) y yo cuidaba las cosas mientras él compraba los pescados, y salía con canastos; fue allí cuando aprendí a contar y sumar, y es una de las razones que soy muy hábil para sacar cuentas", recuerda orgullosa.
En la actualidad, esta mujer es una verdadera emprendedora de los negocios de venta de productos del mar lo cual le ha permitido salir adelante con sus dos hijos, cinco nietos y una bisnieta, y hasta darse el gusto de viajar por varios países.
Pero tal como otras mujeres que lograron salir solas adelante sin un apoyo del jefe de hogar, tuvo sus comienzos difíciles.
"A los 16 años se me ocurrió casarme, vinieron los hijos, tuve que salir a trabajar y de allí no he parado; mi padre tuvo un puesto en el antiguo Mercado Central en el año 64, donde tenía sus clientes y yo me quedaba en el local cuidando a los ayudantes", cuenta.
Después se compró su local en la feria de Productos del Mar donde ha trabajado rodeada de la competencia de varones, pero asegura que "siempre la relación ha sido de mucho respeto, porque mi lema es respétate y todos te respetarán". Toda la vida, afirma que se ha hecho respetar aunque la consideren "antipática".
Lo más duro fue tener que convertirse en jefe de hogar, porque "lamentablemente mi esposo no fue un aporte y se fue en otra parada en la vida hasta que falleció". Su trabajo le ha permitido conocer y viajar demostrando que puede superarse y ganar igual o más que los hombres. "No me puedo quejar, en la vida me ha ido bien, estoy orgullosa de ser mujer, y las Bertini son todas tiradoras para arriba, somos seis hermanas y muy querendonas de la familia", acota.
Consciente de sus derechos, Nora Bertini opina que es muy positivo que se impulse que la mujer a igual trabajo gane lo mismo que los hombres. "Hay mujeres muy capacitadas, más que algunos hombres y reciben un sueldo que no les corresponde; que tienen doctorados, se van a estudiar afuera y ganan menos que los hombres, lo cual es una injusticia. Acá según la capacidad se debe pagar y si la mujer es buena y hace lo que corresponde, se debe considerar eso", afirma.
En la construcción
Trabajando prácticamente con puros hombres, la prevencionista en riesgos Edda Beretta Álvarez, ariqueña, ha sabido imponer su capacidad y laborando hace 8 años en la empresa constructora Lemat S.A., ha logrado mejorar significativamente su calidad de vida. Según revela, antes de entrar a trabajar como prevencionista laboró en otros oficios, pero fue acá donde logró una estabilidad que le ha permitido vivir tranquila junto a su pareja e hija.
Lo más significativo es que nunca ha tenido problemas por el tema de que alguno de los dos gane más o menos que el otro, y se complementan muy bien.
Sin embargo, reconoce que es bueno legislar en tal sentido, "porque las mujeres tenemos las mismas capacidades y no debiera haber distinción".
Sobre su desempeño en un trabajo donde mayoritariamente hay hombres, revela que "al principio esto es complicado, porque ellos no están acostumbrados a que una mujer esté en terreno trabajando, pero a la vez se toman otros puntos de vista".
Otro factor que destaca es que siempre se ha visto apoyada, tanto por la gerencia de la constructora como por los compañeros.
En lo fundamental reconoce que ha mejorado su estándar de vida y en el trabajo "nunca se hace diferencia entre uno y otro en el tema económico".
Por ello, reitera que en su caso nunca se le ha menoscabado ganando menos, pero "para otras mujeres y oficios, creo que independiente del género, ambos tienen las mismas aptitudes y conocimientos para desempeñarse en cualquier ámbito y tarea".
Con fuerza de mujer
Y si de mujeres que le han ganado al destino se trata, Julia Fuentes Campos es un gran ejemplo.
Con un comienzo difícil teniendo que educar a seis hijos, se reinventó y decidió irse al valle (comuna de Camarones) creando un proyecto de ecoturismo en Affasal de Taltape que junto a su esposo le ha permitido salir adelante.
Durante mucho tiempo educó allá mismo a los más pequeños de sus hijos y su emprendimiento fue creciendo contribuyendo, además, con la creación de un capilla y trayendo una imagen del santo patrono San Miguel.
Ella expresa que "con 6 hijos, tres mujeres y tres hombres pienso que la mujer ha llevado una lucha de muchos años, y constantemente en el tiempo, hemos tenido que enfrentar a una sociedad patriarcal que ha querido anularnos".
Siente que "para salir adelante, sola con uno o más hijos y en mi caso con 6, no ha sido fácil, pero ha sido el doble de gratificante, porque me he dado cuenta, cómo muchas mujeres, lo capaces, lo luchadoras, lo valientes que somos. Seres humanos bendecidos, llenos de dones,multifocales, así me siento, así somos".
Sobre la claves para poder ser mejor, cuenta que "siempre hay que ir para adelante, levántandonos mil veces, orgullosa de lo que somos. Deseo que ahora, en este tiempo que se ha logrado tanto avance, nuestras hijas y nietas sepan valorarse, cuidarse, respetarse para que nadie se tome el derecho de humillarlas, de pasarlas a llevar , si nosotras en tiempos más adversos lo hicimos, ellas tienen un gran trecho ya ganado".