Secciones

Hija de Caquena dio bienvenida a sus 90 años

A los 12 años, Matiaza Poma Chávez dejó su natal Bolivia y se cobijó en Caquena, donde fue pastora. Allí echó raíces y convirtió ese terruño en parte de su vida.
E-mail Compartir

Bibiana Mamani H.

Caquena es una localidad ubicada en el altiplano de la comuna de Putre. Sus parajes la componen algunas casitas de adobe, cubiertas con noble paja y rodeada de pastizales que alimentan al ganado de llamas de los pocos pobladores que aún residen en el poblado. Mismo caserío que hace 78 años acogió a Matiaza Poma Chavez, que en ese entonces solo tenía 12 años y provenía de su natal Bolivia en busca de nuevos horizontes.

A pesar de su corta edad, Matiaza trabajó como pastora de llamas y sobrevivió al clima inhóspito que de vez en cuando se dejaba caer en el altiplano.

Durante su juventud no pudo asistir a una escuela, pero su inteligencia le permitió independizarse y tener su propio ganado.

Tras forma su familia y tener 9 hijos, Matiaza nunca pensó dejar Caquena, debido a que la convirtió en su terruño y fue una hija más de esas tierras. Las mismas que se negó abandonar en varias oportunidades, sin embargo por motivos de salud tuvo que dejarla hace 10 años, para vivir en Arica junto a una de sus hijas, quien están al pendiente de su salud.

Hoy en día a sus 90 años, esta querida hija de Caquena celebró su cumpleaños junto a sus 6 hijos, 40 nietos y cerca de 20 bisnietos, amigos y familiares, quienes al son del grupo folclórico Los Payachatas (fundado por caqueneños como Víctor Calle y Roberto Mamani) dieron la bienvenida a la festejada al local de la Tía Peta, en Cerro sombrero, donde la esperaban todos sus seres queridos.

"Es que no cualquiera cumple 90 años en estos tiempos", dijo Alicia Gárnica, una de las hijas de Matiaza.

Entre rosas, saludos y abrazos Matiaza fue celebrada por sus familiares, quienes ofrecieron una liturgia en su nombre y sirvieron una rica guatia de chancho, pollo y llama de Caquena, acompañadas de ensaladas, papa, humitas y camotes. Todo un manjar que la familia Gárnica Poma disfrutó junto a Matiaza, un personaje muy querido en Caquena, donde fue alférez de diversas fiestas patronales y cruces de Mayo, mayordomo de la iglesia y presidenta del Centro de Madres de Caquena.

"Mi mamá nació el 24 de febrero de 1928 y desde pequeña luchó para salir adelante y a pesar de que no aprendió a leer y escribir, se las ingenió para criar hijos de bien y que además son profesionales", dijo Alicia.

Ejemplos como estos son los que se debieran repetirse más seguido, porque los abuelos no solo son patriarcas de una familia, sino que son el motor que une a generaciones, en torno a festejos y añoranzas que son dignas de compartir en estos tiempos.