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Pedalean hasta Anzota para olvidarse de la rutina

El Morro es su punto de partida para recorrer la costanera durante una hora aproximadamente hasta llegar a Anzota. Aseguran que es única la experiencia.
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Desde hace un par de meses los profesores y además amigos ariqueños han tomado como hobby el andar en bicicleta como parte de sus actividades recreativas y que además les permite olvidarse un poco de la rutina laboral.

Pablo Paredes es profesor de Inglés en un reconocido colegio de la región y aseguró que su trabajo es demandante tanto física como psicológicamente por lo que han optado por ejercitarse a través del pedaleo, cosa que ha sido de mayor provecho durante el verano. "Los fines de semana tomamos ropa cómoda, harto protector solar, agua y por supuesto la bicicleta para empezar el recorrido desde el Morro hasta llegar a Anzota. Duramos una hora más o menos en llegar allá y son unos 10 kilómetros de ida y otros 10 de regreso".

Para el aficionado la actividad no solo le resulta recreativa sino que también le permite vincularse con la naturaleza y respirar aire fresco.

" La parte más entretenida es que nos encontramos con muchas personas que andan haciendo el mismo recorrido y tienen diferentes edades, desde jóvenes hasta personas de la tercera edad y terminamos conversando con ellos", comentó Paredes.

Para su colega y amigo Matías Arredondo la vista que le ofrece la zona playera es espectacular, por lo que esperan mantener el pedaleo como parte de su estilo de vida. "De un lado se ven los cerros y del otro el mar. Respiramos aire limpio y conversamos un poco también. Al principio íbamos desnivelados pero ahora mantenemos el mismo ritmo y cuando llegamos a Anzota nos tomamos la respectiva selfie para tener evidencia de que llegamos a la meta y así también nuestras pololas nos creen que andábamos pedaleando", expresó Arredondo.

Prefieren el Parque de Playa Brava

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Para la madre de familia María Humerez el espacio recreativo habilitado en Playa Brava resulta agradable para sus hijos, Joan y Matías Collao de 9 y 10 años de edad, quienes no dejan de disfrutarlo cada fin de semana.

"Estos días son los que tenemos libres para venir y hay que aprovechar que ya van a empezar las clases así que aquí pueden divertirse un poco y está muy bonito el sitio", comentó.

Además, aseguró que su horario favorito para llevar a los pequeños al parque era en horas de la tarde, cuando baja el sol, pero aún así no dejaba de aplicarles protector solar y llevarles agua para la hidratación.

" Lo mejor es que la pasan súper bien y luego de un par de horas paseando llegan a casa a dormir porque ya han botado toda la energía", dijo.