Lucha por la probidad
Chile se ubica en el segundo lugar a nivel latinoamericano en la lista de los países menos corruptos, de acuerdo al ranking que elabora la ONG Transparencia Internacional (TI). Sin embargo, en el contexto Mundial, nuestro país cayó cinco lugares en los últimos tres años, llegando a la peor calificación histórica en términos de probidad.
En términos generales, el país más "limpio" en Latinoamérica es Uruguay, mientras que los que recibieron la peor evaluación de TI fueron Haití y Venezuela. Uruguay está en el puesto 23 a nivel mundial y Chile 26.
La lucha por la probidad se ha transformado en una tarea de Estado para Chile en los últimos años.
La creación de organismos como el Consejo para la Transparencia (CPLT), el impulso de una Agenda de probidad, la Ley de Transparencia, la Ley del Lobby y la Ley de Probidad en la Función Pública son algunos de los esfuerzos que destacan en los últimos años en Chile para evitar la corrupción o las malas prácticas.
Sin embargo, estudios como los de Transparencia Internacional dejan ver que la lucha contra este tipo de lastres tiene mucho que ver también con la cultura que debe imperar en la sociedad nacional.
Hace sólo unos días, el Consejo para la Transparencia reveló los resultados de un estudio que mostró que más de un tercio de los funcionarios públicos del país valida el clientelismo reflejado en el uso de "pitutos" para conseguir objetivos laborales o agilizar trámites.
Se trata de sólo una de las tantas prácticas instaladas en nuestra sociedad nacional, que se presta para la "devolución de favores", como el mismo Consejo lo reconoce, y de ahí su gravedad.
Es por eso que el CPLT hizo desde ya un llamado a las futuras autoridades, quienes se harán cargo de la administración del Estado luego del triunfo de Sebastián Piñera en las urnas, para que asuman también la transparencia y la probidad como elementos fundamentales de su gestión. Aquello también es clave para seguir avanzando en una cultura que deje atrás toda falta de probidad.