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"El Proyecto Florida", un viaje al lado B de Disney

Esta es la entrañable historia sobre un grupo o de niños que viven en la precariedad cerca de Disneyworld. El 1 de marzo se estrena en salas chilenas, el mismo día en que la cinta pelea una nominación en los premios Oscar.
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El director Sean Baker tiene un talento poco común dentro del cine: es capaz de retratar la marginalidad sin caer en paternalismos ni en condenas. Es más, mirando hacia los micromundos de travestis, drogadictos, prostitutas y dealers puede construir comedias graciosas y exentas de jucios morales. Su cine no busca reivindicaciones cínicas. Baker sabe que no es necesario limpiar la imagen de sus personajes para encontrar dignidad.

Después de esa conmovedora comedia travesti llamada "Tangerine" (grabada con un iPhone 5), el cineasta nos acerca ahora a la paradójica realidad de los niños que viven en precarias condiciones cerca de Disneyworld. Es el lado B de la fantasía y el turismo internacional. La vida al interior de un motel carretero donde, a pesar del caos, hay un ecosistema que funciona a fuerza de peleas vecinales, gritos, desorden y conflictos con el administrador (un sobrio Willem Dafoe). Baker explota la comedia en estos roces. Disfruta con los dialectos, los enredos, las frases agudas que surgen en las disputas. Y en un gesto que marca una diferencia, construye su universo en torno a una niña y sus amigos. Con riesgo y actitud, instala la infancia en un mundo de sexo, drogas y violencia, pero lo hace sin ánimo de denuncia. Por el contrario. Esos niños parecen felices ahí, viviendo con madres tan perdidas, caóticas y lúdicas como ellos.

"El Proyecto Florida" es otro canto a la vida desde los márgenes y también un homenaje al buen cine sobre infancias en ebullición a punto de ser aniquiladas (léase "Los 400 golpes", "Cero en conducta").

Los niños de Baker son entrañables y descontrolados. Digamos que son niños que parecen niños, en tiempos en que el cine suele hacerlos hablar como si fuesen adultos.

El sabor a realidad que el cineasta alcanza con maestría es producto de algunas operaciones lúcidas. Por un lado, exceptuando a Dafoe, todo el elenco está compuesto por no-actores. Por otro, la cinematografía -a cargo del mexicano Alexis Zabe, colaborador habitual de Carlos Reygadas- parece influenciada por el documental y la larga tradición de fotógrafos (de Robert Frank a William Eggleston) que han enfrentado el paisaje humano y geográfico de la América profunda.

Y, por último, juega a favor la interesante decisión de Baker de no establecer un conflicto central a través de un guión convencional, sino que de replicar los altos y bajos de la existencia con toda la desmesura que tienen los acontecimientos. Esto hace que "El Proyecto Florida" se sienta como una película que no termina. Como un pedazo de vida que continuará luego de que caigan los créditos finales.

Christopher Rivera, Brooklynn Prince y Valeria Cotto.

el actor willem dafoe.