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Lo que cuentan los que viven de su arte mientras dura la luz roja La calle es su lugar... historias de las estrellas de las esquinas

Cómo nacieron y se formaron los artistas callejeros a los cuales usted ve cada día. Las características que tiene que tener un semáforo, si hay disputas por las esquinas y quienes hacen su espectáculo por dinero o por amor.
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Juan tiene 35 años y es de Venezuela. Nació sin una pierna, lo que no impidió que en su adolescencia naciera su amor por el hip hop y el breakdance y que hoy sea uno de los alrededor de 35 artistas que hacen sus shows en los semáforos de Arica.

Con su breve espectáculo, repetido cada vez que la luz roja pone a su disposición un efímero escenario, puede llegar a reunir 12 mil pesos en un buen día.

"Vi una película que me dejó enfermo: Breakdance. De ahí no paré con este ritmo. Escuché muy buenos grupos para esa época, en Caracas, como Run DMC y otros similares. Acá igual se gana algo de plata, pero si no lo haces con amor, tu espectáculo no vale ni un peso", cuenta sobre su actividad.

El variopinto abanico de artistas que se encuentra a diario en la esquina de Diego Portales con Azolas bailando break lo componen además Blastyn, de Paraguay; Pitu One, de Colombia, y Minos, de Venezuela.

"Es un show muy profesional. Si te das cuenta, hay una preparación. Lo bueno es que nos va bien, porque este faro (semáforo) es corto, así que hay que ser rápido y bueno", agrega.

Por eso, para entrevistar a Juan, fue necesario realizarlo en medio de al menos 7 intervenciones artísticas, por lo corto del semáforo.

El mundo de a(f)rica

Camila tiene 26 años y dice también tener sangre afro.

Llegó hace un tiempo desde Santiago, pero también tuvo su paso por La Serena.

Dice que empezó hace poco en esto, pero que su compañero, la motivó a seguir con los bailes afros, con cajón y todo, como lo interpretan en la esquina de Santa María, frente a Sodimac.

"Llegamos por el carnaval. Teníamos esa idea hace tiempo, pero este año la concretamos sí o sí. Nos parece que Arica es especial, tanto por su gente como por su clima, así que esto nos parece la raja", detalló.

"Demás está decir que hacer esto nos relaja, nos da vida, nos transforma en personas plenas. Que no te dejen una moneda no significa que eres malo en lo que haces, sino que justo en ese momento, el conductor o el copiloto, o no tenían o a lo mejor andaban apurados o qué se yo. Entendemos cuando no pueden pasarnos nada, pero más lo agradecemos cuando nos dan un aplauso o un 'bueno el show'. Creo que eso es súper reconfortante para un artista".

- ¿Cuánto es lo que más te han dejado?

- Noo, si tampoco esto es algo que podemos decir que se asimile a un sueldo. Creo que un billete de 2 mil es lo que más he recibido, pero en Santiago.

- ¿Quiénes son los que más te dejan?

- Increíble, pero los taxistas. Increíble en el buen sentido de la palabra, porque, claro, uno piensa que ellos utilizan el vehículo como herramienta de trabajo y los comprende que para ellos también hay días malos. Ahora también se puede dar este fenómeno porque al realizar su recorrido varias veces por el lugar donde estamos, haya cierta cercanía.

- ¿Han tenido problemas con la autoridad? Partes o multas, me refiero.

- Acá no. En Santiago igual paquean harto, pero acá no tanto.

Allá no sólo teníamos problemas con ellos, sino más que todo con los ambulantes, de esos que venden helado o bebidas en las micros.

No sé, creo que deben pensar que les estamos haciendo la competencia, quizás que entregándonos dinero, los clientes desembolsarán en nosotros y les bajarán las ventas. Pero bueno, son gajes del oficio.

Malabar arriba de una cuerda

Partió limpiando parabrisas y de puro mirar y aprender, ahora es malabarista.

Maximiliano Gómez viene de Mendoza, Argentina, y tiene 30 años.

Dice que por el bajo empleo, empezó a limpiar parabrisas en su natal ciudad.

"Fue hace rato, pero con el tiempo, supe que mi aptitud daba para más, así que comencé a hacer malabarismo".

Siendo ya parte de uno de los semáforos más disputados de Arica (Luis Beretta Porcel con Chacabuco), lo suyo tiene un detalle artístico anexo: el malabar lo hace arriba de una cuerda.

"Ese es un plus, porque no vi gente haciendo esto, por lo menos acá", argumenta, mientras un ex limpiaparabrisas quien hoy se encuentra en silla de ruedas vendiendo parches por una enfermedad al riñón, complementa un "el hombre es bueno, el mejorcito".

- ¿Por qué la ciudad de Arica, Maximiliano?

- Porque es una ciudad con mucha cultura, con muchas etnias y además su clima permite hacer este tipo de cosas todo el año. Acá la gente es muy buena, relajada...

- Más encima te ganaste el semáforo más codiciado.

- Jajajá, noo, lo cierto es que al ser largo, igual corro con ventaja. Lo que pasa es que por mi espectáculo, se requiere tiempo y características especiales. Tengo que atar la cuerda de un lado a otro y no en todos lados hay semáforos en ambos lados, así que igual es complicado decir que sólo algunas esquinas me sirven.

- La verdad: ¿Hay peleas por culpa de lso semáforos?

- No, acá alcanza para todos. Acá los artistas, los limpiadores de parabrisas, la gente discapacitada y los ambulantes viven su mundo por separado. No te andan echando ni hay festival de los codazos; siempre ha existido el respeto.

"Acá igual se gana su plata, pero si tu show no lo haces con amor, esa plata no vale ni un peso".

Juan,, breakdancer"

"Entendemos cuando no pueden pasarnos una moneda, pero más agradecemos cuando nos dan un aplauso o cuando nos dicen 'bueno el show' ".

Camila,, bailarina afro"