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Del Carnaval de Oruro a las playas de Arica

Los turistas bolivianos aprovecharon las fiestas en su país para disfrutar con una escapada por la ciudad de la eterna primavera.
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Cientos de turistas bolivianos aprovecharon las vacaciones del Carnaval de Oruro para darse una vuelta por Arica. Los días libres y la cercanía hacen que este recorrido sea ya recurrente de muchas familias que viven una de las más importantes festividades bolivianas para luego visitar nuestro país.

Tal es el caso de la familia de Edgar Jemio, quien recomendado por su señora visitó por primera vez la ciudad de la eterna primavera.

"Llegamos hace dos días aprovechando las fiestas de carnaval. Es muy agradable, la gente es muy educada y además es una ciudad muy tranquila y acogedora", señaló.

El Carnaval de Oruro es muy importante para los bolivianos, así lo explicó Edgar Jemio, quien no pudo perderse la fiesta de colores y músicas durante sus vacaciones.

Carnaval de oruro

"El Carnaval en Oruro es muy representativo y aprovechamos la oportunidad para disfrutar unos días con mayor tranquilidad en esta ciudad".

Provenientes de La Paz, indican que fueron varios los amigos que les dieron excelentes recomendaciones sobre nuestra ciudad. Gabriela Muñoz había estado a sus 15 años en Arica, y fue la encargada de convencer a su marido para que junto a sus hijos pisaran por primera vez tierras ariqueñas.

"Está todo muy cambiado, es muy bonita la ciudad y es muy tranquilo. Nos sorprendió mucho el tráfico, son muy educados, te dan el pase para cruzar, muy distinto a Bolivia", señaló.

Lo único que lamenta la familia Jemio Muñoz es el tener que dejar la ciudad tan rápido. Fueron dos días que los disfrutaron al máximo, pero que dejaron un gusto a poco y que los incentiva a volver el 2019.

PARA EL CALOR NADA MEJOR QUE AGUA

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Don Jorge Sepúlveda llega a las 11 de la mañana todos los días a playa La Lisera para salvar a los bañistas del intenso calor.

Su negocio es vender agua y bebidas a quienes disfrutan del verano en el sector, un oficio que realiza hace tres años durante la época estival.

Y es que el resto del año trabaja con un carrito de golosinas afuera de los colegios, una labor que en cuanto a ganancias no se compara a lo recaudado en estas fechas.

"Acá hay como tres tipos de horario . Algunos se van a las dos a almorzar, otros llegan a las cuatro y otros se quedan hasta las doce de la noche", señaló don Jorge.

Lo único que lamenta es el no poder vender en la playa durante todo el año, porque sin duda que el negocio es redondo con la alta temperatura del verano.