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Los domingos son de camping

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Los camping son uno de los destinos que toman los ariqueños y turistas para romper la rutina durante la temporada.

En el sector de Gallinazos hay varios de ellos y que además ofrecen amplios espacios para la recreación .

En el caso del Camping Posada del Inca, la piscina de 20 x 10 metros para adultos y niños es uno de los atractivos, por lo que tiende a aumentar el número de visitantes los días domingos, cuando familias completas llegan para compartir y disfrutar del aire fresco.

Eleodoro Cárdenas, quien trabaja en el recinto, dijo que el precio por entrada es de 3000 pesos con la que pueden acceder a los diferentes espacios de entretenimiento.

"Si vienen en grupos grandes se les hace mejor precio y pueden estar desde las 10:00 hasta las 19:00 horas", explicó.

Prefieren disfrutar de la piscina durante el verano

Muchas familias llevan su comida, ya que aseguraron poder ahorrar dinero al tiempo que comparten con sus seres queridos.
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Los Ubilla y los Reyes son familias que se han unido en amistad durante años y que además aseguran preferir la piscina para compartir durante el verano.

Mientras los pequeños jugaban en el agua, las madres de familia conversaban en otro de los lugares de esparcimiento que el recinto les ofrecía.

Ropa cómoda, trajes de baño, toallas, protector de sol, pelotas para divertirse y hasta la comida, fueron algunos elementos que señalaron como básicos al momento de empacar.

Guadalupe Aguilar dijo aprovechar al máximo las vacaciones en los diferentes campings de la región y más si se encontraba con la compañía de su amiga.

"Mis dos hijos grandes no se quieren salir de la piscina, porque juegan a la pelota con su papá, Eduardo Reyes, pero yo me quedo guardada del sol con mi hijo más pequeño".

Los fuertes rayos solares que daban a un poco más del medio día no fueron limitante para que la familia pasara un día agradable.

"Todos los veranos venimos a La Posada del Inca, porque la piscina es limpiecita y he ido a otros lugares y no es igual, aparte que a mis hijos, Fernando y Mateo, les gusta aquí y no importa si hay mucho sol, porque les pongo harto protector solar".

La historia de María Iglesia, quien se encontraba también en el lugar, fue muy parecida, pero aseguró que volverían este y los próximos veranos al lugar.

"Solo queremos compartir con los chiquillos y olvidarnos de tanto ajetreo, aprovechando que también están ellos de vacaciones ", dijo.

Unas nueve horas aseguraron que se quedarían en el lugar, para comer, reír, jugar e intercambiar experiencias con sus amigos en un ambiente fresco y agradable.