Día de la Prensa
El 13 de febrero de 1812 se publicó el primer número del que sería el primer periódico de nuestro país: La Aurora de Chile. La publicación apareció en pleno periodo de la emancipación americana, recogiendo así las ya consolidadas ideas de la ilustración y la filosofía política que en ese momento se instalaba profundamente en un continente que iba dejando atrás el colonialismo que lo regía.
Fray Camilo Henríquez, el creador y director del periódico, plasmó en sus páginas el momento que vivían Chile y la región, transformando así a la publicación en una herramienta de difusión de ideas y de momentos específicos. Fue, entonces, un refugio y a la vez una caja de resonancia de enorme valor para el proceso que vivía nuestro país en aquellos años, que había comenzado en 1810 con la Primera Junta de Gobierno y que decantaría en la Declaración de Independencia, en 2818.
Son todos estos hitos los que hacen que cada 13 de febrero en Chile se celebre el Día Nacional de la Prensa, recordando este paso tan importante que se dio para el desarrollo del periodismo en nuestro país.
Hoy no se puede desconocer la labor que ha cumplido la prensa en Chile, en distintos ámbitos de su desarrollo y también en el fortalecimiento de su sociedad y su democracia. Investigaciones periodísticas, por ejemplo, han permitido desenmascarar distintos vicios e irregularidades en áreas como la política, los negocios, la administración pública y la seguridad, entre otros. Sin embargo, este mismo hecho establece condiciones necesarias a la prensa. Una de ellas tiene que ver con la labor adecuada, pertinente, sin sesgos y orientada a lo más puro que tiene el oficio de informar, que es precisamente aquello, el dar a conocer hechos. Y si bien la labor periodística no está exenta de opiniones, se espera que las mismas se ajusten a los hechos.
En una sociedad hiperinformada como la nuestra, con un gran flujo de datos, la labor del periodismo impreso está marcada por el contexto y la profundidad, y en el caso de los diarios locales, la indispensable dedicación por las comunidades en las que se inserta y por las cuales trabaja.