V ecinos de la población Chinchorro reclaman ser víctimas de la contaminación sonora que emite una de las grandes construcciones que se lleva a cabo en dicho sector.

Entre la calle Víctor Guzmán con Presbítero Ramírez, viven varias de las personas que piden sea solucionado uno de sus mayores problemas que les impide descansar en sus hogares.

"Desde las 8:30 de la mañana del domingo empezaron con el bendito taladro y me fui para allá a hablar con un encargado y aseguró que lo pararían, pero en cuestión de minutos volvió el problema con el ruido y mi nieto ni siquiera puede descansar", expresó Marta Cornejo, quien vive en el sector.

Para Tommy Gómez, la denuncia resultó ser más relevante por asegurar que está comprometida, en especial, la salud de su madre. "Yo tengo una persona postrada y tiene alzheimer y a ella le ha afectado tanto el sistema nervioso que hasta dentro de la casa los domingos empieza a gritar que se callen. Pedimos que como mínimo ese día, que es de descanso para todos, no trabajen con herramientas ruidosas".

Constructora

Consultado sobre las quejas de los vecinos, el gerente de proyecto de Costanera Arica, Daniel Butler, expresó que tras reuniones sostenidas con la comunidad, abordaría el tema para regular los trabajos realizados en la construcción los días domingos, considerando que deben concluir la obra el 28 del presente mes.

Marta Cornejo

"De lunes a lunes soportamos los fuertes ruidos de la construcción, pero pedimos por lo menos un día para descansar".

Tommy Gómez

"Las grúas, las máquinas, las galletas, estamos sobresaturados. No podemos dormir ni descansar y yo trabajo todos los días".