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Los dos canes tienen la cualidad de detectar nuevas técnicas de ocultamiento de droga Beatrice y Adolf: Los carabineros más temidos por los narcotraficantes en la frontera norte

El OS-7 tiene excelentes resultados en la incautación de droga por parte de perros adiestrados, que disfrutan de los mismos beneficios que otros integrantes de la institución y también tienen debilidades.
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Alejandra Solis Araya

Beatrice y Adolf nacieron en la capital, pero han hecho toda su carrera profesional en Arica.

Como efectivos del OS7 de Carabineros, estos policías se han lucido, descubriendo entre ambos un total de 183 kilos de droga el año pasado.

Son literalmente unos grandes sabuesos.

Beatrice es de raza labrador y lleva cuatro años de servicio, a cargo de su guía, el cabo primero Juan Rodríguez.

Adolf vendría siendo su superior, siguiendo el principio de que la antigüedad constituye grado, ya que este Golden Retriever lleva cinco años de servicio, a cargo del cabo primero, Felipe Suazo.

Pero dar órdenes o hacer valer la jerarquía es totalmente ajeno al carácter de estos efectivos de cuatro patas y narices frías; lo suyo es el servicio, buscando drogas prohibidas en el control fronterizo de Chacalluta, en el carretero de Cuya y también a través de operativos que se realizan a transportes públicos, privados y en allanamientos en viviendas.

ESPECIALISTAS

Tanto Beatrice como Adolf, han encontrado droga en maletas con doble fondo, dentro de baterías de vehículos, en telas impregnadas y ropa interior con compartimientos ocultos.

Su especialidad, sin embargo, que comparten con contados canes, es la detección de cocaína líquida. Esto los ha llevado a incautar sustancias ilícitas en botellas de bebida, whisky, mayonesa, leche y vinos.

"Disuelven el clorhidrato de cocaína con la finalidad de evadir el control y además es una forma de transporte más fácil para los traficantes", acotó el cabo Rodríguez.

Estas habilidades no son innatas en los canes, sino que las adquirieron tras un trabajo constante y metódico en la Escuela de Adiestramiento Canino en Santiago, donde son instruidos tanto los guías de Carabineros como los futuros perros policiales.

Allí, los ejemplares son instruidos para que asimilen la búsqueda de su juguete favorito con la detección de narcóticos.

El guía, Juan Rodríguez, explicó que los guías crean una adicción en el perro, pero no a la droga, sino a la pelota que es su juguete.

Comentó que el trabajo con los perros comienza cuando tienen dos meses de vida. "Ahí nosotros comenzamos a trabajar con el proceso de impronta y socialización, que tengan contacto con otros perros. También se les coloca música y los llevamos a los centros comerciales y a diferentes tipos de terreno, para que sean perros que no tengan miedo y que puedan trabajar en los distintos lugares", contó el adiestrador.

La mayor efectividad

Rodríguez explicó que los perros pueden detectar cualquier tipo de sustancia si se los entrena para ello, pero en este caso trabajan con sustancias prohibidas por la Ley de Drogas, y Beatrice y Adolf lo hacen tan bien que se han vuelto expertos en descubrir nuevos métodos de ocultamiento.

En agosto del 2017 en un control rutinario en el sector de la Cuarta Comisaría Chacalluta, Adolf junto con su guía procedieron a fiscalizar un taxi de recorrido Tacna-Arica. Al descender los pasajeros del vehículo, el cabo Suazo se percató que uno de los pasajeros presentaba un abultamiento inusual tanto en la parte trasera como delantera de sus pantalones.

La reacción de Adolf fue inmediata, alertando de la presencia de alguna sustancia prohibida, reconociendo el joven que traía puestos unos calzoncillos de material sintético con dos bolsillos artesanales, en cuyo interior ocultaba 4 paquetes con droga, razón por la cual fue detenido. En total se le incautaron 3 kilos 218 gramos de cocaína.

Beatrice no se queda atrás. En julio del 2016 en el Control Carretero de Cuya, a las 2 de la madrugada, revisó junto a su guía un bus interprovincial con itinerario Arica- Santiago. Los efectivos del OS-7 hicieron descender de la máquina a todos los pasajeros para su fiscalización, notando que en la espalda un hombre tenía un abultamiento tipo "joroba" que no guardaba relación con su contextura, cuando "Beatrice" se abalanzó sobre el hombre, descubriendo el ilícito.

En su espalda mantenía 2 contenedores rectangulares, confeccionados con silicona color gris, que contenían 3 kilos 265 gramos de cocaína.

"A pesar que exista mucha tecnología, el olfato del perro es el único que nos garantiza un 99% de efectividad. Muchas veces nos encontramos con paquetes que les echan mostaza o café para evadir el olor y el perro igual encuentra la sustancia ilícita", destacó el cabo Suazo.

No todo es trabajo

Pero aunque lo disfrutan, no todo es trabajo para estos sabuesos. También tienen periodos regulares de descanso y en horas de servicio se les dan unos minutos para ir al baño.

También tienen tiempo para el amor.

Mientras prestaba servicio en Cuya, Beatrice tuvo un desliz (con un can ajeno a la institución) y quedó preñada. Después de su prenatal, dio a luz siete cachorros, que tras un periodo de postnatal fueron enviados a la escuela, donde cinco de ellos se convirtieron en nuevos carabineros.

El capitán Olea aseguró que los perros son tratados como un funcionario más. "Los perros tienen la misma importancia que un carabinero, son examinados constantemente por los veterinarios y a veces les entregan licencia médica, por alguna enfermedad o estar con estrés", mencionó Olea. Por ejemplo Adolf registra siete días de licencia en su hoja de vida.

Además, reciben regalos en sus cumpleaños y para Navidad. Por ejemplo, este 10 de febrero Beatrice cumplirá cinco años y le tienen todo listo para celebrar.

Tanto Beatrice y como Adolf viven en caniles en las dependencias de la Tercera Comisaría. Sus guías los sacan a pasear y tienen su designación de alimento mensual que viene desde Santiago.

Los canes detectores de droga jubilan a los 9 años y muchas veces sus guías solicitan a la institución llevárselos a sus casas, explicó el capitán Olea. "A los guías les da pena separarse de ellos y merecen su descanso en un lugar más familiar y no estar en un cuartel".

Según dice, "son los compañeros más fieles y aperrados que ellos pueden tener".

"A los guías les da pena separarse de ellos y merecen su descanso en un lugar más familiar y no estar en un cuartel. Según dicen, son los compañeros más fieles y aperrados que ellos pueden tener".

Capitán Eugenio Olea,, Jefe Equipo de Control OS7"