Una mujer de 80 años recibió una brutal golpiza por parte de un menor de 17 años; le lanzó un botella, la arrastró y continuó atacándola en el suelo con patadas en distintas partes de su cuerpo. Todavía mantiene los signos de los golpes tanto en su cara, cuello y piernas. Todo ocurrió cerca de las 11 de la mañana en el sector norte de la ciudad. Sus hijos califican la cobarde agresión como un acto discriminatorio por ser extranjera y de la etnia aymara.

Abel Mollo, hijo de la víctima, contó que su mamá se instala todos los sábados y domingo con un puesto en la esquina de calle Andalién con José Díaz Gana de la Población Cardenal Silva Henríquez y nunca había tenido ningún problema hasta que llegó un joven a molestarla.

"Este fue un ataque discriminatorio, el muchacho llegó y le señaló 'que haces acá peruana no deberías estar en Arica' y una serie de garabatos. En esa oportunidad le robó siete paquetes de maní. Luego volvió y le lanzó una botella en la cabeza lo que causó que ella cayera al suelo y le intentara quitar el delantal donde tenía guardado el dinero de las ventas. Ella me contó que opuso resistencia, la arrastró y le lanzó patadas al cuerpo. Cuando escucho el grito de una señora que decía 'están matando a un abuelita'".

Detenido

Fueron los vecinos quienes la ayudaron y Carabineros de la Subcomisaría Chinchorro logró detener al sujeto, identificado con las iniciales B.S.M., quien fue formalizado por el delito de robo con violencia. Quedó en libertad con arresto domiciliario parcial diurno.

"Estábamos tranquilos y pensamos que iba a quedar detenido, cuando mi madre me contó que lo vio rondando la casa. Hoy solicitamos una medida de protección a la Fiscalía", expuso Abel.

En tanto la víctima señaló que desde 1968 se dedica al comercio detallista, "somos gente de trabajo y de esfuerzo, primera vez que me pasa algo así y a esta edad. Pensé que me iba a morir ese día por los golpes cuando escuché la voz de una mujer, gracias a ella estoy viva".

Un caso bastante particular quedó al descubierto ayer en el Tribunal de Garantía. Un procedimiento que se inició por amenazas en el contexto de Violencia Infrafamiliar (VIF) terminó en un caso de cultivo y cosecha de marihuana.

Según los antecedentes que expuso en la audiencia la fiscal Daniella Annibali, los hechos ocurrieron a eso de las 12 horas, cuando la víctima, un hombre de 60 años, llamó al 134 de la PDI denunciando que su hijo estaba fuera de control, que le había lanzado botellas y vasos, incluso lo amenazó que tenía amigos que lo podían matar.

Cuando los detectives de la Brigada de Delitos Sexuales (Brisexme) se trasladaron a la casa de la víctima, observaron que en el jardín habían seis plantas de marihuana y al consultarle a quién pertenecían, el hombre señaló que eran de su hijo. Con la debida autorización se trasladaron al dormitorio del joven encontrando en un sobre 41 gramos de cannabis. Estaban en esa diligencia los detectives cuando llegó el hijo a su casa y procedieron a su detención.

La persecutora expuso que el imputado, de 18 años, no contaba con la debida autorización para el cultivo y tampoco pudo demostrar que era de su consumo personal.

El joven quedó en libertad con prohibición de acercarse a su papá y de abandonar el hogar común.