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Francisco casó a pareja en avión que lo llevó a Iquique

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El Papa Francisco rompió el protocolo y casó a una pareja de tripulantes que venían en el vuelo de Latam a Iquique.

Paula Podest y Carlos Ciuffardi ya estaban casados por el civil pero no por la iglesia porque el evento coincidió con el terremoto en Chile. La pareja no dudó en pedirle la bendición al Sumo Pontífice en pleno vuelo.

"Él me lo preguntó ' entre nosotros ¿sigue siendoo la jefa? - Sí- le dije yo", contó Ciuffardi ante la prensa abordo del vuelo.

El Papa escribió a mano el acta que comprometió a la pareja. A través de las redes sociales agradecieron al Papa por el gesto.

Papa bendijo a la Virgen de Las Peñas

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Estuvo en la sacristía junto al Papa Francisco y él le dio la bendición. La imagen de la Virgen de Las Peñas que viajó hasta Iquique para participar de la misa, retornará a la ciudad con la consagración del máximo exponente de la Iglesia Católica. "Ahora retornará a la región en caravana, tal como llegó", comentó el obispo de Arica, monseñor Moisés Atisha.

Respecto a la misa, el obispo manifestó que se vivió en un ambiente de oración e intimidad.

"Además tuvimos la participación activa de nuestros dos diáconos en tránsito y del joven representante de la pastoral juvenil que leyó la Primera Lectura".

Atisha se refirió a Ricardo García y Jesús Apiolaza, diáconos que entraron al altar justo delante del Papa para apoyarlo en el servicio religioso y Daniel Acevedo, estudiante que leyó la carta del apóstol San Pablo a Timoteo.

"Vimos al Pontífice feliz y en sintonía con los feligreses y eso nos gustó mucho. Además los bailes religiosos destacaron con sus colores y chispa", dijo.

Atisha destacó que los ariqueños participantes de la misa quedaron bastante satisfechos, pues la mayoría quedó con una ubicación muy cercana al altar.

Sacrificio y magia: Así vivieron la misa los ariqueños

Coinciden en que llegar a Lobito no fue fácil. Sin embargo, todo esfuerzo valió la pena para participar con el Pontífice.
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Veintitrés grados marcaba el termómetro ayer en Iquique a la hora en que el Papa Francisco comenzaba la misa en la explanada de Lobito. Sin embargo, el calor en la pampa se vivió con aún más intensidad y el sol penetrante del norte asomó con ganas en el cielo despejado de la Región de Tarapacá.

Arturo Hernández, profesor de religión ariqueño y director del Instituto de Formación Pastoral de la diócesis, comentó que llegar a Lobito fue muy sacrificado.

"Estuvimos esperando la noche anterior con mucho frío y en la mañana, durante la misa, el calor era insoportable. Me llamó la atención la cantidad de gente que fue pese a lo sacrificado que resultó llegar hasta acá".

Aún así, el docente destacó que todo el esfuerzo valió la pena y así lo sintieron los demás ariqueños que participaron de la eucaristía.

"Fue una experiencia hermosa y muy emocionante para todos, donde lo que más me marcó fue el llamado que nos hace Jesús a atender el llamado que nos hacen los demás. El Santo Padre se refirió además a los migrantes, un tema muy presente en nuestra zona", dijo.

Hernández también destacó la caracterización que realizó Francisco al definir el norte como una tierra de fiesta. "Y tuvo razón, pues sin duda somos un pueblo que cultiva la fe a través de las festividades religiosas".

Rosita Pacheco es otra ariqueña que participó de la misa papal. La joven comentó que llegar a Lobito no fue fácil, pues la seguridad era máxima.

"Llegué en la madrugada del jueves y no dormimos en toda la noche y nos mantuvimos despiertos con cánticos y alabanzas. En la mañana, antes de la misa, compartimos unas galletas y unos sándwiches mientras nos iban informando por dónde venía el Papa".

Rosita se consideró afortunada, pues quedó ubicada justo frente al altar. "Fue todo muy mágico. Creo que la misa en Iquique fue la más emotiva que dio en Chile, ya que se mostró amigable y cercano", dijo.