Los terminales terrestres y aéreos son la primera cara que muchos visitantes ven de la ciudad cuando por primera vez llegan a Arica. En ellos está la primera impresión que esta región da a miles de personas que los usan como puertas de ingreso, incluso, a nuestro país. Es por eso que todo lo que se relacione con su presentación, su infraestructura, el entorno, la atención e incluso, las comodidades -o incomodidades- que presenten cada uno, no son una cuestión simple o trivial.
En una ciudad y una región que permanentemente ha buscado posicionarse como un hito turístico nacional, estos "pequeños detalles" pueden hacer mucho, y lamentablemente en contra, cuando no existe el cuidado adecuado.
Ayer, por ejemplo, "La Estrella" publicaba una foto en la que se apreciaba un basural justo frente al rodoviario y al Terminal Internacional. Si bien en el caso de este último recinto el municipio ya se encuentra preparando inversiones que apuntan a mejorarlo, el rodoviario nacional es una clara muestra de estancamiento y falta de modernización.
No existe promoción turística atractiva, tampoco en el lugar se manifiesta la amabilidad y la belleza que debe ser parte de la región, una carta de presentación de nuestra ciudad.
El Aeropuerto Chacalluta también presenta problemas, algunos han sido denunciados por usuarios en redes sociales, como por ejemplo la pésima acústica a la hora de los anuncios por altoparlantes. Sencillamente, no se entiende lo que se comunica.
Se reclama falta de servicios, escasa atención especial para adultos mayores, quienes muchas veces deben hacer las extensas filas que hacen todos los pasajeros sin tener la consideración que en otros aeropuertos se les da; se habla de escasez de escaños y de la poca visibilidad que tiene la muestra sobre la Cultura Chinchorro, que debería ser emblemática en este terminal.
Para Arica, debe ser un imperativo su imagen, cómo recibe a los visitantes, el rostro que como ciudad y región proyectamos. Es el primer paso para no hacer del turismo un discurso repetitivo y carente de espíritu y sustento.